Lafuente, ayer, en tareas de montaje del hospital de campaña. A. L. J.

Desde el San Pedro al drama turco

El gerente del Seris, Alberto Lafuente, vuelve a vestir el chaleco rojo de los Start de la Aecid para atender en Arsuz a los heridos en el terremoto

Domingo, 12 de febrero 2023, 01:00

El jueves dejó colgada su bata blanca en una percha de su despacho del hospital San Pedro, hizo el equipaje, se enfundó el chaleco rojo de ayuda humanitaria y puso rumbo, una vez más, hacia el drama.

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El gerente del Seris, Alberto Lafuente, se encontraba ... ayer en Arsuz, a unos 40 kilómetros de Alejandreta, en la provincia turca de Hatay, una región en el extremo sureste del país, en la costa mediterránea, una de las más afectadas por los seísmos del pasado 6 de febrero, con una nivel de destrucción casi total de edificios e infraestructuras. La cifra de víctimas mortales en Turquía y Siria rondaba ayer las 25.000.

Llegado el viernes de madrugada tras un vuelo desde Madrid y otro viaje casi inmediato de seis horas más en autobús, Lafuente, especialista en Anestesiología y Reanimación, montaba ayer junto a sus compañeros del Start, el Equipo Técnico Español de Ayuda y Respuesta a Emergencias, de la Agencia Española de Cooperación (Aecid), el hospital de campaña donde a partir del lunes se empezará a atender a cientos de damnificados por el seísmo.

«Nunca te acostumbras al sufrimiento de otras personas, es muy duro; pero, a la vez, es un orgullo poder hacer esto»

Alberto Lafuente, médico y gerente del Seris

«Estamos en un nudo entre dos distritos, donde vamos a dar cobertura a una población de un millón y pico de personas. Aunque hay algunos hospitales alrededor, alguno de ellos ha colapsado y por eso estamos aquí montando ahora el hospital de campaña para empezar a atender a los pacientes a partir del lunes», narraba ayer el médico a Diario LA RIOJA, que explicaba que la infraestructura, un hospital de campaña de nivel 2 según la clasificación de la OMS, «tiene de todo, un ámbito quirúrgico para cirugía general, ginecología y traumatología y anestesia; áreas de urgencias, de observación, radiología, laboratorio...».

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Sin previsión aún de la cifra de pacientes que deberán asumir, Lafuente, veterano en estas misiones humanitarias desde que en 2005 se convirtiera en médico cooperante, anticipa que «habrán pasado ya siete días desde el terremoto y lo que esperamos recibir son, sobre todo, traumatismos, heridas de muy mal aspecto, síndromes por aplastamiento y, en fin, todo lo que puedan ser patologías de urgencias. Sin olvidar también a todas esas personas que no pueden ahora mismo acceder a su medicación habitual, como diabéticos, etc...».

En el equipo en el que ha viajado el gerente del Seris hay 80 personas, de las que 52 son sanitarios –médicos, enfermeras, técnico de rayos, de farmacia, epidemiólogo– y el resto, personal de logística, bomberos... «Se han establecido, como siempre, turnos, yo en principio estaré aquí 10 o 15 días y habrá tantos recambios como sea necesario, eso lo decide la Aecid. La misión consiste en dar soporte a la población hasta que puede reponerse en la medida de lo posible el sistema sanitario del país», aclara.

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Terremotos, guerra, inundaciones, hambruna, infecciones, brotes de cólera... Los desastres naturales y los dramas humanitarios le han llevado en las últimas dos décadas a poner rumbo a cualquier lugar del planeta en el que pudiera ayudar: Pakistán, Indonesia, Haití, Irak, Libio, Afganistán... Pero la coraza no existe. «Nunca te acostumbras al sufrimiento de otros, un sufrimiento físico, pero también psicológico porque hay miles de desplazados que lo han perdido todo. Es muy duro. A esto es imposible acostumbrarte y lo pasas mal cuando llegas otra vez a tu casa, pero, a la vez, te das cuenta de lo frágiles que somos los humanos y vuelves a modificar tu orden de prioridades en la vida», admite Lafuente que, a la vez, reconoce que «es un orgullo poder hacer esto. Yo hice Medicina por poder ayudar y esta es la esencia de cómo yo siento la profesión médica, que es una forma de vida. ¿Si no estás para esto, para qué vas a estar?».

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