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La subida de la tarifa de la energía y la bajada de las temperaturas han motivado que en algunas casas, a nivel general o particular, no se encienda la calefacción para que no se dispare la factura. La Organización de Consumidores y Usuarios ha dado a conocer una serie de recomendaciones domésticas para ahorrar en calefacción, o más bien para usarla de forma eficiente y racional, de manera que el consumo no se dispare.
Lo primero, sin duda, es ajustar la tarifa que tenemos contratada con nuestra compañía de suministro a nuestras necesidades. Dependiendo de las compañías y las tarifas que estas ofrecen la OCU calcula que un domicilio puede ahorrar hasta 180 euros al año contratando la tarifa más adecuada. Además, también hay que ser consciente de los horarios en los que el coste energético es menor e intentar realizar en ellos los mayores consumos como, por ejemplo, las lavadoras, lavavajillas y hornos.
Es posible que, por cualquier circunstancia, nuestra economía se resienta de forma sobresaliente y que por nuestras especiales circunstancias podamos optar a un bono social. Estas ayudas contribuyen a que las familias numerosas o de bajos ingresos puedan beneficiarse de descuentos de entre el 25% y el 100% del coste energético, aliviando así un importante gasto doméstico. Para ello es necesario informarse bien y cumplir los requisitos para solicitar estas ayudas. Solo se concede a personas físicas en situación de vulnerabilidad con una potencia contratada de menos de 10 kilovatios y hay que solicitar el bono social a las comercializadoras de energía. El bono también protege al consumidor en caso de impago, impidiendo el corte del servicio en los hogares declarados vulnerables.
Lo esencial es siempre aplicar el sentido común, como ventilar temprano. También es aconsejable disponer de alfombras y persianas o cortinas de color oscuro, que ayudarán a retener el calor. Además, es aconsejable purgar los radiadores cada temporada invernal para asegurarnos de su perfecto funcionamiento y que su rendimiento sea óptimo, a fin de no favorecer un consumo que no sea eficiente. Y, por supuesto, lo esencial es no pasarnos con la temperatura, de manera que nos haga estar en manga corta en casa en diciembre o enero. La OCU calcula que cada grado menos se traduce en un 7% menos en la factura, así que bajar de 24 a 21 grados, por ejemplo, nos ayudará a ahorrar un 20%. Basta con vestir en casa un buen jersey, en lugar de ir en manga corta.
No solo la calefacción nos hace gastar electricidad y gas, hay otros electrodomésticos que, quizá sin darnos cuenta, provocan que la factura aumente debido a un uso inadecuado. Según la OCU, el consumo de los electrodomésticos supone el 55% de la energía eléctrica que se gasta en un hogar. El televisor, la lavadora, el frigorífico, el lavavajillas y la secadora son los que más energía consumen en casa, tanto por la frecuencia de su uso como por la intensidad de los mismos. A ellos hay que sumar el microondas y las placas de inducción. Una lavadora puede consumir 1 euro por lavado, siendo uno de los electrodomésticos más costosos. En cambio, la plancha es de los que menos consumen, apenas 41 céntimos en una hora.
Antes de todo, lo esencial es contar con electrodomésticos en estado óptimo, funcionales y cuyo consumo sea, cuando menos, eficiente. Un aparato en mal estado a menudo consume en exceso y, lo que es peor, no nos ofrece el servicio que necesitamos de él. Por eso debemos elegir bien el electrodoméstico que queremos. Actualmente se demandan mucho los aparatos de bajo consumo o de consumo ecológico.
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Alfonso Torices (texto) | Madrid y Clara Privé (gráficos) | Santander
Sergio Martínez | Logroño
Sara I. Belled, Clara Privé y Lourdes Pérez
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