Comienza la campaña de pesca en La Rioja

Mucha agua, menos truchas y sobre todo, incertidumbre

«Tenemos mucha incertidumbre, porque dependemos totalmente de las sueltas que realice la Administración y este año, por ejemplo, se ha visto muy muy poca actividad durante el tiempo de frezado (de reproducción) de la trucha», afirma Daniel Azofra, secretario de la Sociedad de Pescadores Amigos del Río Najerilla mientras explica que en este río «hubo una riada que las paralizó y no se han visto más frezaderos (zonas de cría)» y que el caudal del Iregua «ha estado muy mal».

Una situación que, de hecho, ya pudieron comprobar en diversas ocasiones. «A nosotros nos gusta ir siempre al río, aunque la temporada esté cerrada, y no hemos visto casi peces durante el frezado», asegura. De ahí que la previsión que maneja este secretario es que vaya a ser una «muy mala» temporada. «Este año vamos a tener agua, porque los embalses se están llenando, pero en relación a la pesca de la trucha y los salmónidos, creo que va a ser nefasta, porque sobre todo dependemos de lo que suelte la Administración». Una situación en la que, no obstante, ya llevan inmersos «varios años» y cada vez «va a peor». «Los ríos van a peor, hay menos trucha y la que sueltan desaparece», lamenta Azofra.

En la misma línea incide el presidente de la Cofradía de Pescadores San Bernabé, Agustín Rodríguez, quien apunta que en la pesca de esta especie «se nota un descenso tanto en la calidad como en la cantidad». Todo debido, en parte, a que «cada vez hay más animales, como los cormoranes, que ya están asentados y están dañando los ríos, por los que habría que llevar un control más exhaustivo». No obstante, «dependemos de las decisiones que tome la Confederación Hidrográfica del Ebro, que a veces adopta de forma unilateral y nos crea problemas, pero no solo a los pescadores».

Y todo ello, unido a que «la calidad y la cantidad de la trucha han bajado y a que los ríos los domina la CHE de manera unilateral, te crea incertidumbre». En su caso, sin embargo, «estamos contentos. Hacemos eventos de otras especies y estamos teniendo buenos resultados». «Ya para finales de mes esperemos que esté limpia el agua para la pesca en río, que bajen con un caudal pescable y que el agua no esté tomada».

No en vano, las precipitaciones caídas en las últimas semanas en las cumbres riojanas, que se han dejado notar en los pantanos y caudales de los ríos, han mejorado las previsiones de los pescadores. «Este año se afronta con ganas, con ilusión y con otra mentalidad, con mejores expectativas, porque salvo el embalse de Enciso, que acabaron su vaciado y está en fase de llenado, los demás están muy llenos y los ríos tienen buen caudal», reconoce Jesús Martínez, miembro de la junta directa de la Sociedad de Pescadores del Cidacos.

En este sentido, expone que lo más importante es contar con una buena reserva hídrica. «Que haya agua a primeros de temporada favorece tanto a la pesca como a las truchas», resalta Martínez mientras añade que «el mayor volumen de agua en los embalses generará estabilidad de cara a los próximos meses, sobre todo en verano, porque el pasado año en el Iregua se pasó muy mal, ya que hubo zonas que se llegaron a secar», lamenta el miembro de la citada junta directiva.

En la misma línea incide David Ortega, presidente de la Sociedad de Pesca Tradicional El Lance, quien corrobora que «no tendremos ningún problema» de cara al inicio de la temporada que se inicia este domingo (de pesca de la trucha) porque «los pantanos están bien de agua». Sobre el caudal de los distintos afluentes, expone que «es maravilloso que tengan agua y bajen con ella en marzo, porque eso es lo normal, y no que estén secos, que es lo que nos trastoca un poco la pesca», lamenta mientras resalta la «ilusión» de los pescadores por el comienzo de la campaña.

Por todo ello, el presidente de la Federación Riojana de Pesca, Juan José Herce, reconoce que aunque «empezamos la temporada con la incertidumbre de todos los años, sabiendo hasta hace dos días que no había mucha agua en el embalse de la cuenca del Iregua, lo que nos preocupa es cómo se va a gestionar desde la CHE la suelta de ese agua». Todo debido, en parte, a que «a veces» se lleva a cabo con un menor interés natural y ecológico» del río.

«Sueltan mucha agua en verano y en invierno tienen estiada la cuenca, lo que favorece a los depredadores naturales que habitan el río», explica Herce. «Nosotros somos capaces de pescar con más o menos agua», resalta mientras hace especial hincapié en que «lo que nos preocupa son los embalses, cómo les afecta y se invierte el ecosistema, porque el río en vez de en un ecosistema se está convirtiendo en un canal de riego y la calidad del agua».