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A un día de que cumpla una semana la acampada en el campus del Comité de Solidaridad con el Pueblo Palestino de la Universidad de La Rioja, el agua –lejos de menguar la participación–, parece haber enraizado la protesta. Desde que comenzó ha llovido todos los días, a veces con mucha intensidad, pero de las primeras catorce tiendas ya se han alcanzado las veinticinco. De la precariedad de una placa solar como suministro energético han pasado a que el Rectorado les dote de electricidad y, es más, cuentan con un ciclo de cine palestino diario, una charla del profesor Emilio Barco este miércoles y un recital de poesía el jueves. Todo mientras esperan respuesta de la UR a su solicitud formal de permiso para acampar en el campus.
Hay una buena segunda razón, al margen de la guerra, para que la acampada aguante contra viento y marea. Y es que muchos pertenecen al Grupo Scout Monte Clavijo. Tienen experiencia. Como Cristina Alcázar, alumna del máster en Profesorado, quien se muestra «contra del genocidio». «Tengo amigos en universidades de EE UU y tenía ganas de participar, como hacen allí, de la forma que fuera posible. Quiero que se vea que estamos indignados», expone Cristina. «Dentro de las tiendas no ha entrado el agua. Normalmente pasas por casa una vez al día o cada dos. Y yo, a las doce, a dormir, tengo reloj biológico», asegura Cristina.
Ernesto Lanchares y Jorge García no forman parte de la comunidad universitaria pero son profesores y también scouts. «Cuando plantas un campamento prevés todas las inclemencias climatológicas que puedan ocurrir. Veníamos preparados. Dentro de las tiendas no se ha notado la lluvia, no hemos tenido bajas por eso», asegura Ernesto. Jorge declara que acampan para solicitar «una movilización y una respuesta contundente ante las acciones de Israel» y que confían en que el Rectorado acepte sus reivindicaciones «y ejerza presión al gobierno regional».
Cristina Alcázar
Alumna de máster en la UR y scout
Ernesto Lanchares
Profesor y scout en la acampada
Loubna Belkadi y Nuria Rocandio, alumnas de los grados en Trabajo Social y Estudios Ingleses, respectivamente, comparten otra tienda. Ellas apenas habían acampado antes. «Estamos aquí por humanidad porque es un hecho histórico, un genocidio brutal, y queremos representar a los universitarios y la comunidad riojana. Queremos el fin de la masacre», explica Loubna Belkadi. «La verdad es que ha llovido mucho. Igual hemos pasado algo de frío, pero traes mantas y listo», explica Nuria Rocandio. Loubna estudia, trabaja y, cuando puede, acude a estudiar o dormir allí. «Para mí es algo muy bonito estar aquí. Escuchar la lluvia dentro de la tienda es único. Y al día siguiente te levantas y tienes la 'uni' a un minuto», presume Loubna. «Llegamos a clase antes que los profesores», añade Nuria.
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Alfonso Torices (texto) | Madrid y Clara Privé (gráficos) | Santander
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Sara I. Belled, Clara Privé y Lourdes Pérez
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