Agendas casi cerradas en los restaurantes hasta otoño

También en La Merced, otro de los referentes en lo que a bodas se refiere, Lorenzo Cañas prevé celebrar «más o menos las mismas que otros años», si bien la diferencia es que, «aunque hay alguna nueva, la mayor parte de ellas son aplazadas» tras dos años «en los que hemos estado prácticamente cerrados».

En su análisis, sostiene que «atrás quedan las grandes bodas con más de 200 invitados. Las celebraciones son cada vez más familiares, más reducidas», hasta el punto de ofrecer convites para menos de un centenar de personas. De hecho, Cañas recuerda que en alguna de las bodas celebradas durante la pandemia la lista de asistentes se redujo hasta el 75%. También forma parte del pasado «aquellas celebraciones que se tenían que reservar con hasta tres años de antelación». En su caso, las fechas libres para este año empiezan a partir del 5 de noviembre.

El restaurante Villa Cañas, por su parte, está prácticamente completo. «Incluso hay bastantes bodas reservadas para el año que viene», asegura Álvaro Cañas, que también celebrará matrimonios que en su momento la pandemia suspendió. «Son, en general, más reducidas, y que se suelen reservar con algo menos de tiempo. No es como años atrás en los que se reservaba con mucha antelación», dice completando que si el porcentaje de invitados que fallaban antes de la pandemia era del 10 o el 15%, ahora es ligeramente superior.