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Ayer fue un día especial en el aeropuerto de Logroño-Agoncillo. Un Airbus A321 de Iberia (la aerolínea de bandera de España) despegó a las 12.30 horas de la terminal riojana para trasladar a los representantes de ciento diez bodegas de Rioja a ... Düsseldorf (Alemania), localidad que acoge desde hoy y hasta el martes la Feria Internacional de Vinos y Bebidas 'ProWein'. Viajes Saturno (Logroño) fletó este vuelo, organizado por el Gobierno regional por tercer año consecutivo.
Este modelo de avión no suele verse por el aeródromo riojano de forma cotidiana. En Agoncillo sólo opera de manera regular un aparato de Air Nostrum (filial de Iberia) para cubrir la única conexión diaria que enlaza La Rioja con Madrid. Un enlace per se problemático: a las restricciones de horario del aeropuerto que obligan, en no en pocas ocasiones, a desviar el aterrizaje vespertino en Agoncillo a aeropuertos cercanos -con lo que los viajeros son trasladados en autobuses hasta La Rioja-, se han sumado recientemente unas obras en la terminal de Barajas que recibe las rutas regionales, lo que ha provocado cancelaciones que han dejado a los pasajeros en tierra. El Gobierno regional ya ha protestado por ello ante Aena (el gestor de infraestructuras aeroportuarias) y Air Nostrum.
En este contexto, y al margen de los vuelos privados (800 de las casi 1.400 operaciones totales del año pasado), Logroño-Agoncillo sólo ve alterada su floja actividad durante las campañas especiales que se organizan coincidiendo con las vacaciones. Por ejemplo, esta Semana Santa están previstos sendos charter a Roma (ida el día 17 y regreso el 22) y a Praga (ida el 18 y regreso también el 22) programados por la mayorista Travelplan.
Agoncillo no despega. Nunca lo ha conseguido, en verdad. Es cierto que la crisis (de los tres vuelos diarios a Madrid sólo sobrevivió uno y se canceló la única conexión con Barcelona) terminó de rematar una infraestructura perfectamente dotada en el aspecto técnico pero que, ni de lejos, exprime todo el potencial que es capaz de alcanzar. Como botón de muestra, el último hito: el aeródromo riojano se convirtió hace un año en aeropuerto internacional y frontera exterior Schengen gracias a su habilitación como paso fronterizo por parte del Gobierno de España. Sin embargo, Aena no ha logrado cumplir una aspiración que persigue desde hace un lustro: la conexión ordinaria entre Logroño y Londres. La capital británica es un activo de sumo interés para La Rioja por dos aspectos: el turístico y, muy destacadamente el económico, pues Reino Unido es el principal cliente extranjero del vino de Rioja. Sin embargo, hasta el momento ninguna aerolínea se ha interesado por este enlace. Y así estamos. Con una magnífica infraestructura aeroportuaria... infrautilizada ya que, aunque la cifra de pasajeros no ha dejado de crecer desde el 2014, hablamos de menos de 22.000 usuarios, dato que se encuentra a años luz de los recogidos en el Plan Director del Aeropuerto, que allá por el 2003 (la instalación entró en servicio en el mes de mayo) pronosticaba el tráfico por sus pistas de unas once mil aeronaves al año.
Para frenar esta agonía, que profundiza aún más al observar el despegue de Vitoria (ha duplicado la cifra de viajeros en tres años hasta llegar a los 150.000), en marzo del 2014 se constituyó el Comité de Coordinación Aeroportuaria de La Rioja que integra representantes de todas las administraciones públicas, Aena, la dirección de Logroño-Agoncillo y los agentes económicos y sociales. Desde entonces, este órgano se ha reunido un total de cinco veces. Pero, ¿qué pasos ha dado en pro del relanzamiento del aeropuerto?
Hasta el 2014, último año en el que Aena facilitó datos (como empresa cotizada desde el 2015 sólo publica los resultados globales del grupo), la deuda del aeropuerto de Agoncillo superaba los 80 millones de euros. Un lastre generado por los gastos desproporcionados que supone esta infraestructura para el uso que tiene, aunque ni su construcción, primero, ni su mantenimiento, después, representan una carga directa para los contribuyentes riojanos: Aena se financia con recursos propios, no del Estado, a través de una red en la que los aeropuertos principales enjugan las pérdidas de los deficitarios.
No obstante, Agoncillo sí tiene un impacto para las arcas públicas riojanas, dado que el Gobierno regional sufraga el déficit de explotación de Air Nostrum (la única operadora regular) con campañas de promoción turística. Entre mayo del 2003 (cuando se abrió al tráfico aéreo) y febrero del 2015, la inversión ascendió a 11,25 millones. A partir de entonces, el coste para la Comunidad ha sido de 850.000 euros más IVA cada año, por lo que el desembolso total hasta el 2018 superó los quince millones.
La infraestructura riojana, en la que trabajan 23 personas -12 de Aena y 11 (personal de control y mantenimiento) de la gestora de navegación aérea Enaire-, compite con Vitoria, que crece tanto en mercancías como en pasajeros, y con Pamplona, que prevé ampliar los vuelos a Frankfurt. Por el contrario soplan malos vientos para el aeropuerto de San Sebastián, que desde abril suprimirá seis enlaces semanales con Madrid.
Esta es la pregunta que Diario LA RIOJA ha trasladado a los miembros del comité. El consejero de Fomento, Carlos Cuevas, destaca que el Gobierno regional «trabaja para conseguir que el aeropuerto preste un mejor servicio» porque se trata de «una infraestructura útil para los riojanos a la que hay que sacar más partido». La declaración como aeropuerto de categoría internacional «le ha permitido ganar funcionalidad» y «ahora el reto es mejorar las conexiones con Madrid» tanto para viajes de negocio que se puedan hacer en el día como turísticos. Para ello, «las consejerías de Desarrollo Económico (lleva las competencias en materia de turismo) y de Fomento (responsable de obras Públicas y transportes) estamos trabajando de forma coordinada y hablando con diversas compañías que puedan mostrarse interesadas en operar en Agoncillo». Cuevas se reserva los detalles de esas conversaciones y de «los contactos mantenidos en Fitur», pero confirma que una de ellas es Air Nostrum para que amplíe los enlaces. El objetivo es «que en el 2020 se concreten las nuevas conexiones». «Ya hemos pasado lo peor y, a partir de ahora, no cabe sino crecer», añade.
Cuevas se muestra contrario a «subvencionar a las compañías 'low cost' para que los riojanos salgan fuera». «Nuestro esfuerzo hay que hacerlo en sentido inverso, en el de la captación de turistas», y de ahí la campaña promocional que Turismo contrata anualmente con Air Nostrum. Por último, el consejero riojano pide al Gobierno de España «sensibilidad y colaboración» para que el aeropuerto pueda cumplir estas expectativas, «pero aún no hemos recibido una respuesta concreta», y baraja también cooperar con otras comunidades vecinas «compartiendo vuelos».
El delegado del Gobierno en La Rioja, José Ignacio Pérez Sáenz, subraya «la preocupación y el compromiso» del Ejecutivo central y de Aena con Logroño-Agoncillo, un aeropuerto que «no es rentable», recuerda. Así explica que el año pasado se invirtió cerca de un millón de euros en su mantenimiento -«Este año se llegará al millón y medio»- y revela que Aena, en la última reunión del Comité de Coordinación celebrada a finales del año pasado, «ofreció sus servicios» para explorar una ampliación de las operaciones. «El problema no está en la Administración General del Estado ni en el grupo Aena, sino en la masa crítica de pasajeros que tenemos, y desde luego -enfatiza- no se puede hacer en Agoncillo lo que no se hace en otros aeropuertos», concluye.
Por otro lado, y sobre las obras de la terminal de Barajas que han provocado la cancelación de vuelos de Air Nostrum, el delegado asegura que «ya se ha hablado con Aena, pero su respuesta ha sido que esta reforma se tenía que hacer aun sabiendo que era muy difícil que no se produjesen incidencias».
Por su parte, el presidente de la Federación de Empresas y de la Cámara de Comercio de La Rioja, Jaime García-Calzada, advierte de que «no podemos renunciar al aeropuerto». Para ello, considera necesario «adoptar un plan estratégico en un doble sentido, ya que se trata de potenciar la llegada de turistas y, también, de facilitar los viajes de negocio». Lo que, en su opinión, exigiría «contar con un vuelo más a Madrid y recuperar la conexión con la ciudad condal». Para el dirigente empresarial «debemos conseguir una infraestructura más provechosa tanto para las empresas como para la sociedad riojana», lo que conlleva realizar inversiones y actuaciones «que lo hagan crecer y contribuyan a una comunidad mejor comunicada y más desarrollada».
En parecido sentido se expresa Jesús Soto, representante de UGT-Rioja, sindicato participante en el Comité de Coordinación Aeroportuaria. A su juicio resulta básico «buscarle un hueco a Agoncillo como han sabido hacer con Vitoria», lo que supone «incrementar las frecuencias y los destinos», y optar a vuelos de características especiales, como los del Imserso, que en la actualidad despegan de Foronda y de Loiu (Bilbao). El teniente de alcalde del Ayuntamiento de Logroño, Pedro Sáez Rojo, añade a estas propuestas la de aumentar el horario en el que el aeropuerto está en servicio. «Hay que acabar con las restricciones impuestas», subraya.
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