El aeropuerto de Logroño-Agoncillo parece haber culminado sus maniobras de despegue y empieza a coger altura, pero sin la velocidad del pasado. La terminal riojana cerró el pasado año, 2023, con una cifra de 16.728 pasajeros, según los datos, aún provisionales, que ha ... hecho públicos este lunes AENA, la empresa pública que gestiona el transporte aéreo nacional.
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El dato de la infraestructura regional supone un incremento en la cifra de pasajeros del 41,5% respecto a 2022 (16,2% en el conjunto de aeropuertos nacionales) al sumar 4.895 viajeros más el año pasado pese a registrarse una caída del 0,9% en las operaciones registradas (de 2.003 a 1.984). Además del incremento de pasajeros en los servicios regulares con Madrid y algunos aterrizajes puntuales, en el repunte estadístico parece que tiene mucho que ver la mayor oferta de vuelos charter que disfrutó el aeródromo riojano el pasado año –Alemania e Italia en Semana Santa; Albania, Egipto, Jordania y Turquía en verano; y Praga y Tirol/Munich en diciembre–. Así se aprecia en las estadísticas desmenuzadas por meses que ha presentado AENA. Abril, con la Semana Santa en su inicio, fue el mes de mayor movilidad en la terminal de Agoncillo, con 1.990 pasajeros, el 76,7% más que un año atrás. Tras él, marzo, con 1.944 (+103,1%); diciembre, con 1.779 (+51,3%); y noviembre, con 1.644 (+29,9%). También octubre, con 1.601 (+38%); septiembre, con 1.547 (+25,4%); y mayo, con 1.516 (+29,9%) superaron el millar y medio de viajeros mensual en un registro anual en el que se hundió agosto, con solo 312 pasajeros y una caída del 52,1%.
Despegue, pero al ralentí, porque el aeropuerto riojano, además de seguir a años luz del brillo de los primeros ejercicios tras su estreno no ha logrado recuperar todavía las cifras anteriores a la pandemia. De hecho, los 16.728 suponen una merma del 14% respecto a los datos de 2019 19.448 pasajeros) y mayor aún si se cruzan con los datos de los dos ejercicios anteriores –21.381 en 2018 y 20.008 en 2017–, los de la recuperación tras una crisis económica que provocó que las estadísticas aéreas se despeñaran en la comunidad al caer desde el techo de 56.371 viajeros de 2007 a los 10.598 de 2013.
La comparativa con las terminales de las comunidades limítrofes es casi sonrojante. ya que además de contar con censos poblacionales que multiplican a los de La Rioja, sus infraestructuras despliegan una oferta de vuelos inexistente en La Rioja, tanto en destinos como en frecuencias. Todas los aeropuertos cercanos, salvo Burgos (4.053 pasajeros el año pasado, el 77,1% menos que en 2019) y Pamplona (con 197.509 viajeros y un 18,9% menos que antes del covid, pero casi doce veces más que los registros de Agoncillo), han mejorado los datos de la época prepandémica: Bilbao, con más de 60 conexiones durante el verano, contabilizó en 2023 un total de 6,3 millones de pasajeros, 300.000 más que el año anterior y el 7,3% más que en 2019; Santander tuvo 1,24 millones y mejora en un 5,7% los datos precovid; Zaragoza, 685.690 (+46,6%); San Sebastián, 482.662 (+50,6%) y Vitoria, 309.029 (+78,1%).
El Gobierno de La Rioja mantiene su apuesta por el aeropuerto como una infraestructura clave en el desarrollo económico de la región, un reto para el que mantiene su demanda, como primer paso clave, de lograr la declaración de Obligación de Servicio Público para la conexión con Madrid.
«Evidentemente hay que ser muchísimo más ambiciosos, pero los datos del año pasado son positivos y avalan la demanda del Gobierno de La Rioja para esa declaración, porque es un paso, no el único, pero sí fundamental para un aeropuerto que estamos convencidos de que supone una oportunidad que hay que aprovechar y que en estos momentos necesita de un impulso para que sea atractivo y puedan llegar nuevas aerolíneas con las que estamos también en contacto», reiteraba, en declaraciones a Diario LA RIOJA, Daniel Osés, consejero de Política Local e Infraestructuras, quien hace unos días volvía a trasladar dicha demanda al nuevo secretario de Estado de Transportes, José Antonio Santano.
«Hay que optimizar el aeropuerto porque tiene posibilidad de crecimiento y es una apuesta para nosotros, pero lógicamente necesitamos de la colaboración primordial del Gobierno de España», insiste Osés, para añadir que «queremos optimizar una infraestructura que ya existe y que tiene que ser fundamental para el desarrollo económico de La Rioja a efectos no solo de viajar, que es ya importante, sino también para que otros destinos acudan a nuestra comunidad».
La declaración de Obligación de Servicio Público, además de implicar mejores tarifas, un mayor número de frecuencias y fidelizar a nuevos pasajeros, serviría también, a juicio del consejero, «para compensar esa situación de insularidad que sufre la región por el déficit de infraestructuras viarias y ferroviarias». «Esa declaración nos permitiría ser atractivos con otras conexiones aéreas y otras aerolíneas, y eso estimularía el aeropuerto, que, insisto, se ve avalado por sus últimas cifras, porque los datos demuestran y han demostrado que cuando hay vuelos los riojanos utilizan ese aeropuerto y llega gente a visitarnos, porque no solo queremos que los riojanos viajen al exterior, sino que el mundo viaje también a Rioja», reiteraba Daniel Osés.
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