«De adultos arrastramos toda la infancia»
Elena Clotet | Voluntaria en APIR ·
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Elena Clotet | Voluntaria en APIR ·
Elena Clotet se vuelca en los talleres que APIR organiza para atender a las madres jóvenes que necesitan apoyo y acompañamientoA Elena Clotet se le iluminan sus grandes ojos azules cuando piensa en sus niños. Esta leridana de nacimiento y riojana de adopción no tiene hijos propios pero tiene muchos niños, los que atiende en la guardería de APIR (Asociación Pro-Infancia Riojana), en su labor como voluntaria.
- ¿Por qué escogió APIR para desarrollar su labor?
- Hace unos años rompí del todo con mi vida anterior. Me puse a estudiar el Grado de Educación Infantil y de Integración Social e hice las dos prácticas en APIR.
- ¿A qué se refiere con que rompió con su vida anterior?
- Yo estaba trabajando, tenía un buen trabajo, muy estable, con un buen salario, pero no llenaba mi vida. Lo dejé todo y dije: «Yo lo que quiero hacer es trabajar con niños de una manera que les pueda ayudar a tener una vida mejor». Me parece que en el mundo hay muchas cosas buenas pero hay un sector de la población al que no acabamos de sacar adelante entre toda la sociedad. Y me parece que tenía que hacerlo.
- ¿Y empezó de cero? ¿Por valentía o locura?
- Las dos cosas me han dicho (ríe).
- ¿Y por qué la infancia?
- Porque creo que cuando somos adultos arrastramos todo lo que hemos pasado en la infancia. De niños somos pequeñas esponjitas que vamos recogiendo todo lo que hay a nuestro alrededor. Si lo que nos rodea no es gratificante o positivo o con valores, lo reflejamos luego cuando somos adultos. Lo que somos de adultos es el reflejo de lo aprendido en la infancia. Por eso, me parece tan importante cuidar la infancia.
- ¿Qué atiende APIR?
- APIR es la Asociación Pro-Infancia Riojana y se dedica a ayudar a todos esos niños, que, por los motivos que sean, les está costando introducirse en la sociedad. APIR acompaña a esos niños, tanto educativamente como con un montón de actividades sociales, de ocio, apoyo psicológico...
- ¿Y en qué proyecto particular está involucrada?
- Estoy en el proyecto 'Madres jóvenes y jóvenes gestantes', que son adolescentes que, por circunstancias de la vida, han tenido hijos. Hay de todo, pero mayoritariamente son jóvenes que no deseaban quedarse embarazadas. Se han encontrado que, por falta de información, por la inconsciencia de la juventud que crees que no te va a pasar a ti, o por las circunstancias que están pasando en sus casas, por querer huir... se quedan embarazadas. Se encuentran con la paradoja de que están aprendiendo a conocerse a sí mismas y de repente tienen que hacerse cargo de otra personita. No dejan de ser niñas disfrazadas de mujer, por decirlo de alguna manera.
Talleres
- ¿Qué tipo de labor se realiza en los talleres?
- Hay talleres de temática muy diversa; básicamente a principios de año se les pregunta cuáles son sus necesidades y se abordan temas como los cuidados de un niño, la educación, la crianza, manualidades... Yo colaboro en lo que puedo de los talleres, en las manualidades, en fiestas...; por ejemplo, se hace un mercadillo al inicio de cada temporada y de organizarlo también me encargo. Si no, dentro de los talleres, yo me quedo en la guardería con los niños. Que es algo que me encanta.
- ¿Tienen algún tipo de necesidad especial esos niños que acuden a los talleres?
- Los niños te dan muchísima información de lo que viven en casa, y lo hacen sin filtro. Hay muchos casos en los que ves la normalidad de un niño: son alegres, sonrientes, están muy bien cuidados porque hay 'madrazas' con lo jóvenes que son... Yo creo que hasta les dedican más atención por esa inseguridad que les genera la duda de si serán buenas madres. Educar no es fácil y le ponen mucho empeño. Hay casos en los que sí detectas la carencia de la figura paterna o que tienen un apego excesivo hacia sus mamás, pero son los menos casos. Hay algún caso extremo en el que igual percibes una carencia evolutiva. Si se detecta, se puede poner remedio y decirle a esa mamá: «Oye, tienes que jugar con tu hijo, tu hijo necesita que le hables, que le cuentes un cuento...».
- Se le ve muy comprometida con el proyecto, ¿a qué lo atribuye?
- Esto no funcionaría como lo hace si las tres personas que trabajan ahí no creyeran tanto en lo que hacen. Son tres mujeres, Ana, Aris y Lourdes, que le ponen el alma y sin esa alma, el proyecto tampoco funcionaría.
- ¿Qué es lo que le aporta a usted su labor como voluntaria?
- Emocionalmente es una recarga tan grande... Al final saco yo más del voluntariado que lo que yo pueda estar ofreciendo. Es una lección en todos los sentidos. Es muy gratificante saber que estás ayudando a alguien. Muchos días no nos paramos a pensar en las tonterías que nos preocupan; solamente ir allí te recuerda qué es lo importante. Y tanto las mamás como los bebés te dan unas lecciones tremendas. Es algo que genera como una adicción (ríe). Quieras que no, la que menos, ha tenido que romper con toda su vida, ya solamente porque no puede llevar la misma vida que cualquier otra adolescente. En la mayoría de los casos ha pasado por mucho más. Y, sin embargo, ver que con unas circunstancias tan negativas lleva su vidas para adelante con tanta energía, tanta fuerza, para mí es muy aleccionador.
- ¿Es un buen enganche para animar a potenciales voluntarios?
- Estoy convencida de que si la gente prueba el voluntariado, no lo deja. Es adictivo. Yo creo que mucha gente no es voluntaria porque no lo ha probado, porque no lo ha hecho nunca.
La Obra Social 'la Caixa' apoya la labor de las entidades sociales de La Rioja y de sus voluntarios
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