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Prisión permanente revisable. Tampoco la acusación particular, la que defiende los intereses del padre de Carolina, ha modificado su acusación y ha defendido en su informe la culpabilidad de Adriana en la muerte de su hija. Cuatro han sido los ejes sobre los que ha ... pivotado la argumentación de la letrada María José Valgañón. El primero de ellos ha sido la motivación de Adriana para, presuntamente, asesinar a su hija, el porqué de los hechos. Según la abogada, la abuela de la niña, Olga Febles, «carecía de cualquier móvil y motivación de matar a su nieta. Sólo la tenía su madre, Adriana, a la que después se uniría Olga».
Según la argumentación de Valgañón, «desde el principio, Adriana se mostró muy posesiva con la menor, siendo muy restrictiva» con las visitas del padre. El cambio fundamental es cuando la justicia decreta, en un primer momento, la guarda y custodia compartida. «No lo asume. Finalmente se la conceden al padre y Adriana nunca aceptó esta decisión legal fruto de su rigidez mental y de su afán de posesividad».
En ese punto, la abogada ha recordad una de las frases del juez de familia: «El padre tiene en cuenta en todo momento el interés de la menor, la madre se cree la única capaz de cuidarla y antepone sus derechos e intereses sobre los de su propia hija. Esta frase contiene una parte nuclear del movil de Adriana. No soportaba no tener a la niña a todas horas con ella. No soportaba que fuera feliz con su padre, como quedó reflejado en los vídeos. Siente que tiene ese derecho y se siente maltratada por el sistema».
El segundo de los elementos de la exposición ha sido el «pacto» entre Adriana y su madre, Olga. Según la letrada existió un pacto entre ambas después de que la madre fuera víctima de una estafa, «lo que no tiene relación con estos hechos», ha recordado la abogada, «pero que hace las dos planeen el suicidio».
La letrada ha incidido en que «desde cuatro meses antes de los hechos Adriana administra Noctamid a Carolina» para, según su versión, «ir concretando la dosis que hacía falta para sedar a la niña». Y es que, ha dicho, la ideación de suicidio de Adriana se remonta «a agosto del 2019» cuando mantiene una conversación con su hermana. «En ellos le dice que no va a ir a la carta y que no iba a regalar a su hija», ha citado la letrada del parte de la menor. «En octubre del 2019 vuelven a hablar las hermanas sobre el suicidio», ha dicho la abogada para quien el plan «comenzó a materializarse, al menos, desde el 16 de enero del 2020», con las diferentes búsquedas que se realizan a través de Internet. En cuanto a los vídeos, la acusación particular, ha dicho que también vienen a ratificar todo el proceso de planificación realizado por Adriana.
Y dentro de todas esa planificación previa también incluye la letrada «las cartas de despedida, que son un testamento. Son extremadamente reveladora en las que justifica su decisión y pide perdón a sus familiares». Lo más revelador, según la letrada, es que «no hay carta para Carolina. Liga el futuro de la niña al suyo. No encarga a ninguno de sus familiares que se encarga de ella. No deja nada para Carolina. Dispone cómo deben ser enterradas...».
El tercero de los pilares de la argumentación de la letrada ha sido la “ejecución del plan”. La abogada ha defendido que “Adriana tuvo en todo momento el dominio de los actos, tuvo la posibilidad en todo momentos de hacer y de no hacer. Y lo hizo”. Valgañón, que ha recordado que Adriana no dejó su DNI en la recepción del hotel al asegurar que se lo había dejado en el coche, ha apuntado que la única certeza de lo que sucedió en la habitación 404 es que “Carolina murió asfixiada y que ese día había consumido lormetazepam (Noctamid)”.
“El cadáver es una evidencia absoluta que encuentran los policías el 27 de enero. Antes del fallecimiento le suministra las gotas y cuando está sedada y siguiendo el plan preconcebido presionan su boca y nariz, cortan su respiración hasta acabar con su vida. Adriana lo ejecutó materialmente con su madre y, en todo caso, lo habría consentido llevando a la niña hasta allí”, ha completado.
Tras esos tres primeros bloques, la letrada del padre de Carolina ha analizado ante el jurado la versión de Adriana. «Carece de verosimilitud», ha dicho contundente. «Dice que no hay pacto, pero lo hay. Todos los actos preparativos lo dicen. Nos intenta convencer de que era una autómata que hacía lo que su madre le decía», ha argumentado antes de sostener el grueso de su acusación en lo que sucedió cuando, presuntamente y según la versión de Adriana, encontró el cadáver de su hija. «Cualquier ser humano, lo primero que hace, es gritar, buscar ayuda, Es la reacción instintiva, pedir ayuda, pero nada de esto sucede. En su relato, no ha reacción. Y es la constatación de que había un plan y de que está asumido el resultado de la muerte de su hija. No hubo reacción porque no hubo sorpresa. No se sorprendió al ver a su hija muerta», ha añadido
Por todo ello, tras algo más de una hora de exposición, Valgañón ha concluido asegurando que el jurado cuenta «con todas las pruebas para contradecir la declaración de Adriana. Y las pruebas lo evidencian todo el plan y el resultado buscado y premeditado». «Les ruego justicia para Carolina y su familia», ha completado.
Alicia Redondo, la abogada de la acusación popular de la asociación Clara Campoamor, también ha sido clara: «Adriana sabía lo que estaba haciendo y lo hizo. Comprendía perfectamente lo que estaba haciendo» en la habitación 404 del hotel Los Bracos. En su argumentación, ha dicho Redondo que no hay constancia de que en el momento de los hechos Adriana tuviera afectadas sus capacidades mentales. «No hay ningún papel que demuestre que esté siguiendo un tratamiento».
Redondo ha defendido «que las dos idearon acabar con su vida. Su móvil y motivación era infligir dolor al padre de la niña de la mayor manera posible. Entendía que la niña solo podía estar con ella. ¿Qué madre no para a una abuela que le da Noctamid a su hija? ¿Qué madre no pide ayuda? ¿Qué madre la tapa porque le molesta lo que está viendo? ¿Qué madre actúa así?», se ha preguntado. «La que sabe lo que ha pasado y es autora de la muerte de su hija», ha contestado a continuación.
Para Redondo, Adriana actuó «con una doble alevosía». Por una lado la que vinculó a la administración del medicamento que la sedó; por otro, la imposibilidad de defensa de la niña. ¿Quién mató a Carolina? «La mató la mano que sujetaba la almohada. La responsable de la muerte es la madre porque es la responsable del cuidado de la hija», ha dicho.
En su exposición, Redondo ha pedido al jurado «responsabilidad y justicia». «No tengan problemas de conciencia. No piensen en la acusada. Piensen en Carolina, en una niña de 5 años, que ya no está, que la vimos saltar y cantar en un vídeo y ya no está. Hagamos justicia para Carolina y hagan un favor a nuestra sociedad».
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