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Examen PIR
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El mejor aspirante a psicólogo de España es riojanoDice que el examen fue «muy difícil» y asegura que tuvo «una dosis de suerte». Sea como sea, el riojano Adrián Chasco brilló en las últimas pruebas de acceso a la Formación Sanitaria Especializada al lograr la mejor nota en el PIR (Psicólogo Interno Residente, el MIR de esa especialidad). Fue el mejor de toda España, superando a más de 3.800 aspirantes y ganándose así el derecho de ser el primero en elegir plaza.
Chasco es logroñés. «De Logroño de toda la vida», puntualiza. Sin embargo, en la última década ha estado «cambiando de lugar de residencia casi cada año». No en vano, este joven estudió primero Ingeniería Aeroespacial en Madrid y se encontraba desarrollando su labor como analista de datos cuando llegó 2020 y la pandemia. «Teletrabajaba y decidí apuntarme a la UNED para estudiar Psicología a distancia», cuenta. «Siempre había leído mucho sobre este campo, pero no me veía ejerciendo», reconoce.
Para él, al principio, estudiar Psicología era más «un hobby», pero todo fue cambiando. «Y llegó un momento en el que decidí ir a por ello», sentencia. «Fue de un modo progresivo y coincidió que en el último año de carrera hubo un ERE en el trabajo y vi esta opción como una oportunidad; tenía tiempo para estudiar y me propuse dedicarme a esto», analiza.
El riojano admite que le costó tomar la decisión. «Hay que tener en cuenta que lo he hecho con 28 años, cuando muchos lo hacen a los 22», recuerda. «Si me lanzaba no había vuelta atrás y sabía que tenía que invertir mucho tiempo y mucho esfuerzo», reconoce Chasco, quien finalmente dejó esas reticencias atrás y se puso manos a la obra. «El último año ha sido estudiar y estudiar», sentencia.
Valencia ha sido su hogar en el tramo previo al PIR. «Allí hice las prácticas de cuarto, allí me he preparado para el examen (en la academia APIR) y allí fue donde lo hice», enumera el logroñés, para recordar después cómo vivió los meses previos a la prueba. «Hasta noviembre piensas que tienes tiempo de sobra, en diciembre te agobias y parece que no vas a llegar y ya en enero solo tienes ganas de que pase cuanto antes», expone. «En la biblioteca teníamos una cuenta atrás: en 'x' días acaba la vida espartana», se decían los aspirantes para motivarse.
Y el 25 de enero esa espera terminó. El momento del examen: 3.847 aspirantes para 274 plazas. El día más temido por algunos y el que otros deseaban que llegara, rezando por saber la respuesta a la mayoría de las preguntas. Para su desgracia, la toma de contacto inicial del riojano con la prueba no fue la mejor. «Durante la primera hora no sabía por dónde me daba el aire y de las primeras cincuenta preguntas respondí a diez», recuerda. Después, poco a poco, todo mejoró. «A mitad del examen, me conecté más, pero he de reconocer que he tenido mucha suerte porque, en algunos instantes, sentía que estaba echando la quiniela», afirma. «Y me fue bien en la mayoría de las que me jugué», apostilla con satisfacción.
El examen constaba de 200 preguntas tipo test y Chasco tenía claro que iba a responder a todas. «Así lo acordamos un amigo y yo en agosto», relata antes de recalcar que la de este año ha sido la prueba más complicada. «Había hecho los 31 exámenes anteriores y este era el más difícil, con diferencia», opina. «Han cambiado el temario, han preguntado cosas que no están en los manuales de referencia actuales y que no se manejan en los apuntes de la academia; fue una sorpresa», remata.
Aun así, el resultado no pudo ser mejor. De las 200 preguntas, Chasco respondió a 170 bien. «Ha sido brutal porque el que más cerca estuvo, sumó 16 aciertos menos; estadísticamente, ha sido una anomalía», destaca, antes de dar algunas de las claves de ese buen resultado. «En los exámenes tipo test hay un cierto componente de técnica», considera. «Creo que también hice un buen trabajo acudiendo a muchas fuentes diferentes, sobre todo en las semanas anteriores; pienso que iba bien preparado, pero he tenido también suerte», reitera.
Así, no es de extrañar, que cuando Chasco descubrió su resultado se llevara una gran alegría. «Al principio, no me lo creía, pero pronto recibí un aluvión de mensajes y me vino un éxtasis de felicidad, del que todavía estoy disfrutando», valora el joven riojano. «Es bonito que la gente te reconozca el esfuerzo», añade Chasco, quien desea seguir dando pasos en esta profesión. «La prioridad es formarme; no me veía ejerciendo como psicólogo nada más acabar porque no se aprende mediante libros», cuenta. «El objetivo para los próximos cuatro años es hacerme un buen profesional» concluye.
Tras el examen, Adrián Chasco ahora está de vacaciones en Canarias. «Han sido días muy intensos y toca desconectar», explica el riojano, quien ya sabe cuáles son sus deberes al regresar: elegir hospital para hacer allí la residencia. «Todavía no lo he decidido, tengo cuatro o cinco potenciales destinos y me gustaría visitar los hospitales, ver cómo me puedo sentir en cada uno y decidir», enumera el logroñés.
Pamplona, Bilbao, Valencia... Son algunas de las ciudades que valora Chasco. Logroño, por su parte, no le llama tanto la atención al contar solo con una plaza de residente de primer año disponible. «Creo que me puede aportar mucho tener cerca a personas en mi misma situación», opina. «Me gustaría estar con un equipo un poco más grande para poder aprender de cuanta más gente mejor», remata.
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Martin Ruiz Egaña y Javier Bienzobas (gráficos)
Juanan Salazar | Logroño
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