«El que acude a un taller ilegal de forma consciente está jugando con fuego»

La Asociación Riojana de Automoción (Ariauto), integrada en la FER, lleva más de una década en lucha contra los talleres mecánicos ilegales por su daño al sector y los riesgos que su actividad causan a la seguridad vial y al medioambiente: «Este es un tema fundamental y nosotros, como asociación, presentamos denuncia ante los organismos oficiales contra los talleres ilegales en cuanto tenemos conocimiento de su existencia», explica su presidente, Ricardo Operé. Con unos 400 talleres mecánicos en La Rioja, considera que la incidencia de ilegales es muy baja, «menos del 5% frente al 20% nacional, porque llevamos 10 o incluso 15 años persiguiéndolos».

«El que va a un taller ilegal sin saberlo no es culpable pero el que, sabiéndolo a ciencia cierta, lo hace está jugando con fuego», advierte Operé, que aporta algunas de las claves que los ciudadanos deben de tener en cuenta para asegurarse de que el taller elegido no es ilegal: «El asunto es muy sencillo, cuando es un taller autorizado tiene en la puerta y en un lugar visible una placa distintivo que concede Industria, en la que figura su especialidad. Además, dentro de la instalación tiene que tener a la vista todo tipo de documentación, en el tamaño que dicta la norma, sobre garantías, presupuesto previo, etc...».

Y una pista más: «En los talleres ilegales, además de carecer de la placa distintivo, suele estar cerrada la puerta», advierte el presidente de Ariauto, que resalta que está absolutamente prohibido por ley poner piezas de desguace de elementos de seguridad, como son dirección y frenos. «En los talleres legales es obligatorio entregar al cliente las piezas sustituidas, pero sobre todo está la garantía que se ofrece de las reparaciones, sin olvidar que también se encargan de llevar a los lugares adecuados todos los elementos que pueden producir un daño medioambiental», explica, para remachar: «Hablamos de prácticas muy peligrosas. El trabajo bien hecho evitará que el vehículo te deje tirado, como mal menor, o sufras un accidente; y a la vez, daños al medioambiente.