«Es un acto altruista y bonito que motiva y llena»

Recién llegado a Logroño de su etapa en Barcelona, Emilio Lasanta comenzó a ayudar en navidades al Cartero Real en la capital riojana. Desde ese momento se «impregnó de la emoción y la alegría» que le transmitía colaborar un acto tan «altruista y bonito», reconoce el comercial de la empresa postal. El ayudante del Cartero Real lo sustituyó oficialmente en 1996 y, desde entonces, Emilio trabaja el doble en Navidad. Dos semanas que, asegura, «motivan y llenan muchísimo».

El volumen de cartas que Correos recibe cada Navidad, más de 5.000, no permite que sean contestadas a mano como antaño, sino con una carta tipo y van acompañadas de un pequeño obsequio: «puede ser un puzle o un juego, por ejemplo, pero en cualquier caso es un pequeño regalo didáctico con el objetivo de que los más pequeños empleen las manos y la cabeza, de forma que no pierdan la tradición de escribir o jugar como antes», resume el Cartero Real.

El 98% de las cartas que reciben sus Majestades en Navidad «pertenecen a niños que piden sus regalos como cualquiera» pero, sin embargo, lo «más emocionante» de ser el Cartero Real año tras año «es el dos por ciento restante: cartas de pequeños que no piden nada para ellos sino que solicitan salud para algún familiar enfermo o bien cartas de ancianos que están solos en residencias y lo único que quieren es poder ver a su allegados en una fecha tan señalada», narra con marcada emoción.

«Esta tradición -piensa- no es algo que deba quedarse residual, sino que desde Correos debería potenciarse más cada año y seguir involucrándose de una forma tan especial». Paula y Rodrigo presumen de que su padre conoce a los Reyes Magos y, mientras tanto, Emilio lo hace de que «seamos una ciudad tan solidaria, amable y capaz de dejar de lado nuestras diferencias para, independientemente de la edad que tenga cada uno, volver a ser todos niños ilusionados unos días», concluye el logroñés.