Borrar
Acoso digital. La agresión invisible

Acoso digital. La agresión invisible

Redes sociales. Silente. La violencia machista bucea en los móviles sin que existan cifras que ilustren la verdadera dimensión de un problema al alza

Carmen Nevot

Logroño

Miércoles, 8 de marzo 2023, 11:27

¿Con quién hablas? ¿Dónde estás? Mándame tu ubicación, dime tu contraseña ¿Por qué no coges el teléfono? Estas son solo una muestra de las preguntas a las que se enfrentan a diario las mujeres víctimas de la violencia de género digital. Un fenómeno que choca frontalmente con la falta de cifras que reflejen una imagen fidedigna de la verdadera dimensión de este problema.

La razón de las escasas estadísticas que ofrecen las administraciones y los organismos volcados en la violencia de género es precisamente la invisibilidad de este tipo de agresiones que no salen a la luz y por tanto no se denuncian por, entre otras cuestiones, miedo y vergüenza, pero también porque para una parte de la sociedad este tipo de comportamientos se han normalizado.

El Observatorio Nacional de Tecnología y Sociedad (Ontsi) adscrito al Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital, da unas pinceladas de las consecuencias que acarrean las continuas agresiones y delitos contra el honor y la intimidad que sufren las mujeres en el plano digital y que son un reflejo de la violencia a la que están sometidas en la vida real: el 54% de las mujeres que ha sufrido acoso a través de redes sociales ha experimentado ataques de pánico, ansiedad o estrés; el 42% de las niñas y jóvenes que ha sufrido acoso 'on line' mostraron estrés emocional, baja autoestima y pérdida de confianza;y más de un 25% de las mujeres de entre 16 y 25 años en España han recibido insinuaciones no apropiadas a través de redes.

En nuestra comunidad, la Oficina de Asistencia a la Víctima de La Rioja llevó a cabo actuaciones con 320 víctimas de violencia de género digital en 2021 , una cifra que representaría una mínima parte de lo que se produce realmente. De ahí que la Consejería de Servicios Sociales, consciente de este problema, puso un marcha un protocolo, premiado por la Agencia Española de Protección de Datos, para luchar contra este fenómeno. Elaborado con la colaboración de la Asociación Stop a la Violencia de Género Digital, está diseñado para poder ser aplicado por todos los servicios de atención a mujeres de nuestra región.

Raquel Barragán | Miembro del Equipo @ de investigación tecnológica de la Guardia Civil

«Hay casos en los que las víctimas no denuncian por vergüenza»

El acoso a través de la redes sociales es una realidad, pero también lo es que las mujeres, hoy en día, están concienciadas del uso de internet y, por lo general, saben relacionarse de manera efectiva a través de las redes sociales. Así lo explica Raquel Barragán, miembro del Equipo @ de investigación tecnológica de la Guardia Civil.

– ¿Cuál es el tipo de acoso más habitual?

– Es importante remarcar que el acoso que se produce más habitualmente es el relacionado con el ámbito afectivo. Es decir, éste suele producirse entre personas que tienen o han tenido una relación sentimental. Aun así el hecho delictivo que más preocupa es el coloquialmente conocido como 'child grooming' o acoso a menores con finalidad afectivo-sexual, sobre todo a niñas menores de edad. Estadísticamente hablando, existe una cifra negra relacionada con estos delitos, ya que se dan casos donde las víctimas no denuncian por vergüenza.

– ¿Cuáles son las consecuencias de este acoso?

– Las consecuencias son múltiples y afectan a muchos ámbitos. Al psicológico y se manifiesta con ansiedad y depresión; físico: pérdida de apetito y sueño; económico: costes procesales; laboral: pérdida de empleo, y social: comportamientos antisociales, cambio de domicilio, círculo de amigos.

– ¿Cómo se puede evitar?

– Se deben tener en cuenta varias medidas que son necesarias para prevenir los delitos a través de las redes sociales: no aceptar a personas desconocidas, no enviar fotografías de carácter sexual a través de las redes, tener un buen antivirus para evitar la instalación de softwares que puedan captar imágenes a través de la webcam que son posteriormente usadas para extorsionar y por último, no dar las claves personales de nuestras redes sociales a nadie, para evitar el robo de nuestra cuenta.

Silvia Barrera, jefa de Investigación Tecnológica de la Jefatura Superior de Policía de La Rioja.

«Este tipo de conductas se están interiorizando como algo normal»

Las redes sociales tienen su cara amable pero también tienen su lado oscuro. En ocasiones sirven como herramienta de acoso hacia las mujeres de todas las edades, aunque lo cierto es que este fenómeno se da a edades cada vez más tempranas.

Hay jóvenes, explica la inspectora Silvia Barrera, jefa de Investigación Tecnológica de la Jefatura Superior de Policía de La Rioja, que con 14, 15 y 16 años son víctimas del control. «Mándame la ubicación, déjame ver tu whatsApp... este tipo de comportamientos se dan a edades cada vez más tempranas», detalla.

Se trata de un tipo de control muy similar al de los adultos «con expresiones y una manifestación de la violencia propia de un adulto, quizá –apunta Barrera– porque cada vez se consume pornografía a edades también cada vez más tempranas».

Es difícil saber el número de casos de este tipo de violencia en La Rioja y «no es porque no haya», precisa, sino porque estas conductas «se están interiorizando como algo natural y las propias víctimas no saben que pueden estar siendo víctimas de esta clase de acoso».

Otro de los hándicap es que una parte de estos comportamientos se queda en el ámbito familiar y nunca llega a salir a luz por miedo a lo que pueda pasar. «No quiero que le pase nada, va a cambiar, luego le van a detener y no quiero», estos son algunos de los argumentos que, según Barrera, esgrimen las víctimas para no denunciar. Sin embargo, «en el ámbito privado te preguntan: no sé si tiene un troyano para controlarme, me manda whatsApp continuamente...», apunta. De ahí que en ocasiones tampoco se denuncia por desconocimiento, porque no saben si esas actitudes pueden ser perseguidas policial y judicialmente.

La consecuencia de todo ello es que se trata de un fenómeno que va en aumento y que la mayor parte está invisibilizado. La educación y la supervisión de los padres serían dos de las claves para revertir en parte esta situación porque estas relaciones se inician en edades tempranas y «luego como adultos pensamos que son normales», señala.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

larioja Acoso digital. La agresión invisible