«El acogimiento ya es permanente y es una alegría, la despedida sería terrible»

Preguntada sobre qué le ha dado a ella esta decisión, la respuesta surge rotunda: «Alegría, mucha alegría. Todo va genial, ella tiene contacto con su familia, también con su hermano, que tiene un año más, y a veces quedamos con los padres de acogida del niño y estamos todos juntos. Desde Cruz Roja se intentó que fueran los dos a un hogar, pero no fue posible y al final se optó, porque según van creciendo es más difícil, por dos familias de acogida distintas. Para nosotros era imposible acoger a los dos, soy valiente, pero no tanto, y no tenemos sitio, no hay otra habitación para un chico, además».

Al final el acogimiento, inicialmente de urgencia, se ha transformado en permanente. «Para nosotros esa noticia fue ideal, porque evitaremos la despedida que, sinceramente, ahora sería terrible; no había pensado en ello en todo este año, pero ahora, hablando de ello, creo que para mí sería algo trágico. Yo la acogí pensando que era provisional, pero ahora la verdad es que me costaría separarme de ella, sería como dejar marchar a una hija», asevera Isabel, que no duda a aconsejar a la gente que tiene dudas que «se atrevan, que tiren para adelante. Mi familia ha ganado mucho, y hablo también de mi madre y mis seis hermanos. Ha salido todo rodado, la verdad».