Contagiados por fiebre Q en La Rioja: «Ni nos acercamos a ningún animal»

Dos de los contagiados que se alojaron allí del día 8 al 10, formando parte de un grupo de diecinueve personas (cinco de ellas niños) procedentes de Logroño, Arnedo y Tudela, cuentan que ocho adultos y un menor padecieron fiebre Q, siendo hospitalizados tres mayores de edad. «Todos los afectados nos alojamos en los apartamentos de Jalón, sin tocar ni acercarnos a ningún animal, y apenas salimos de la casa porque estuvo lloviendo todo el fin de semana. Y lo que nos dieron de comer estaba todo cocinado», explica uno de los afectados (todos prefieren guardar su anonimato). Él, logroñés de 34 años, ingresó en Urgencias el jueves 28 de noviembre con 40º de fiebre, sin saber lo que le sucedía pero asegura: «Me encontraba muy mal».

Otro logroñés ingresó al día siguiente y otro más, el sábado. A los dos primeros les dieron de alta el miércoles 4 de diciembre, un día después que al tercero, permaneciendo en el Hospital San Pedro de Logroño siete, seis y cuatro días. «Parece evidente, pero hay que asegurarse de dónde está el brote para conocer al responsable porque esto se ha ido de las manos, no es un caso aislado, ya somos muchos los contagiados», declara el segundo afectado, que permanece de baja.

Según informó el Gobierno de La Rioja a este medio, la Dirección General de Agricultura y Ganadería ha realizado encuestas epidemiológicas en la explotación ganadera de Jalón, se ha instado a que nadie ajeno entre en la misma ni se consuma leche o derivados y el veterinario de los animales ha prescrito y administrado tratamiento antibiótico a las cabras. ¿Y cómo se pudieron contagiar de fiebre Q nueve personas que no vieron siquiera animal alguno? Porque el segundo afectado afirma que no vio un solo animal en todo el fin de semana, «ni un perro ni un gato y menos una cabra».

El modo de transmisión, además de por contacto con restos orgánicos y por consumo de productos lácteos no pasteurizados, se puede producir por respiración. El Ejecutivo regional advierte de que «la transmisión aérea se produce de manera directa a través de polvo contaminado durante el contacto con animales infectados, productos animales y ropa contaminada». Según relatan los afectados, «la responsable de los apartamentos entraba y salía en ellos con la ropa de trabajo». Y este periódico también ha podido saber que la misma responsable de la ganadería y los apartamentos trasladó cabritos del primer al segundo lugar para que los niños del grupo alojado el primer fin de semana de noviembre pudieran verlos.

«En las dos semanas siguientes a aquel fin de semana no nos volvimos a ver y, tras presentar síntomas similares y extraños, sin causa evidente, contrastamos que la última vez que habíamos estado juntos fue en Jalón», explican los afectados.