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Jorge Alacid
Miércoles, 21 de junio 2017, 10:34
Como en una partida de naipes, como en un juego de esgrima. Escondiendo hasta última hora sus intenciones, los candidatos a ocupar el puesto de secretario general del PSOE riojano exprimieron al máximo las licencias que concede el reglamento y apuraron el reloj mientras trataban ... de despistar a sus rivales. Francisco Ocón, como estaba cantado que concurriría al puesto que dejará vacante César Luena, de quien ha sido delfín durante cinco años, finalmente anunció al mediodía que se lanzaba a la carrera por hacerse con la jefatura de filas de los socialistas riojanos. A esa hora, seguía siendo dudoso que tuviera rival, pero se detectaban algunas señales de que el sector que agrupa a los críticos con el oficialismo podía dar la sorpresa y presentar su propio aspirante.
Nacido
en Vitoria el 12 de octubre de 1971.
Perfil profesional.
Licenciado en Historia e inspector de ITV.
Perfil político.
Alcalde de Casalarreina desde 2007 y diputado del Parlamento de La Rioja desde 2003.
Nacido
en Arnedo el 17 de agosto de 1970
Perfil profesional.
Licenciado en Ciencias Políticas y Sociología por la UNED (1999). CAP Historia por la Universidad Complutense de Madrid (2000). Técnico Superior en Electrónica Industrial.
Perfil político.
Concejal en el Ayuntamiento de Arnedo desde del 2004 al 2015. Diputado del Parlamento de La Rioja desde 2015. Portavoz adjunto del Grupo Parlamentario Socialista.
Lo cual ocurrió a punto de que las manecillas del cronómetro se acercaran a las 18 horas, el plazo final para oficializar toda candidatura. Fue entonces cuando Félix Caperos, que el día anterior ya había coqueteado con la idea de oponerse a Ocón, despejaba toda ambigüedad. El alcalde de Casalarreina, a quien apoyan miembros de la facción que en las primarias federales secundó a Susana Díaz, dio finalmente el paso al que parecía resistirse. Acudió por sorpresa a la sede de Martínez Zaporta, rellenó los papeles preceptivos, atendió a la prensa (convocada en realidad para tomar declaraciones de Ocón, que había citado a los medios a esa hora) y se marchó raudo a sus clases en el Instituto Sagasta. Luego, confesó a este periódico que había tomado la decisión de presentarse «no a última hora, sino a ultimísima», convencido de que el partido «necesita un revulsivo».
Caperos se mostró igualmente seguro de que podrá reunir los 120 avales necesarios para lanzarse a la carrera electoral, esto es, el 10% del total de militantes del PSOE riojano, a quienes lanzó un mensaje de integración («Me presento para que los militantes tengan la palabra, tanto los que votaron a Sánchez, como a Díaz o a Patxi López», señaló), en términos muy similares a los que postuló también su contendiente, Francisco Ocón: esa palabra mágica, integración, pobló su mensaje durante la presentación de su candidatura celebrada en un hotel logroñés, luego de comparecer ante la prensa.
Aunque cierto espíritu de deportividad presidió las declaraciones de ambos aspirantes, en realidad bajo esa apariencia las aguas bajan turbias. De hecho, ninguno de los dos nombró a su adversario expresamente durante sus respectivas intervenciones. Otra ración de pullas: seguidores de Caperos se quejaban de que Ocón hubiera tardado en materializar una aspiración anunciada en círculos internos desde hace tiempo.
más nombres
Félix Caperos y Francisco Ocón no son los únicos nombres propios del PSOE riojano convertidos ayer en noticia. También Concha Andreu y Francisco Martínez Aldama, por distintos motivos, acapararon su propia cuota de protagonismo. La portavoz parlamentaria, porque reiteró su predisposición a presentarse al proceso de primarias internas para ser elegida candidata a la Presidencia del Gobierno de La Rioja cuando se convoquen, como ya avanzó Diario LA RIOJA el pasado lunes. Y el senador socialista, porque anunció que dejaba su cargo como portavoz adjunto de su partido en la Cámara Alta. Los cambios operados en la estructura del partido tras la ratificación como líder de Pedro Sánchez han arrastrado tras de sí a Martínez Aldama, quien deja su portavocía dos años después de su nombramiento.
La palabra más repetida desde este sector era «ventajismo»: atribuyen al número dos el pecado de aprovecharse de los beneficios derivados de la tutela que ejerce en la sala de máquinas del partido. «En otras agrupaciones, quienes se presentan a primarias dimiten de sus cargos orgánicos», señalaron desde la corriente afín a Caperos.
Acusaciones que los incondicionales de Ocón devuelven con semejante carga de acíbar: aunque el candidato aseguró ante los micrófonos que no le había sorprendido que Caperos se presentara («Lo había dicho una, dos y tres veces, así que alguna tenía que ser la buena», ironizó), en realidad esta candidatura alternativa le pilló con el pie cambiado. Lo cual no altera, sin embargo, sus planes en lo sustancial. Ocón parecía considerarse, aunque no lo confesara expresamente, el favorito. Cuenta con el respaldo de las principales agrupaciones y hasta se rodeó en la presentación de su candidatura de afiliados que habían apoyado, como Caperos, a Susana Díaz. En su comparecencia, el secretario de organización prometió un liderazgo «compartido», aceptó que su puesto como jefe del aparato le concedía un alto conocimiento de la vida interna del PSOE y concluyó: «Sé que cuento con la confianza del partido».
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