«Es la forma de poder vivir»

La crisis también se notó. «Muchas personas se quedaron en paro y decidieron que desde ese momento empezaban a hacer ellas las cosas de casa; tuvimos unos años muy complicados», recuerda. Muchas compañeras que trabajaban en otras casas también perdieron esas horas que hacían.

Aún así reconoce que ella ha tenido mucha suerte en el trabajo desde que está en Calahorra: «En algunas casas llevo más de diez años, pero eso te lo tienes que ganar con tu trabajo». «En algunas de ellas me siento ya como en mi casa y soy yo la que organiza toda la limpieza, sé cuando hay que hacer limpiezas generales y por dónde empezar y dónde terminar», relata. Además, en muchas de ellas hay personas mayores. «Reconozco que soy muy cariñosa con ellas y que se sienten muy a gusto conmigo», comenta.

Blasina se ha planteado alguna vez darse de alta como autónoma pero «hay que pagar unos 300 euros al mes, así que se me iría prácticamente la mitad del sueldo, y con dos hijos todo el dinero es necesario para vivir». Aún así no descarta hacerlo cuando sus niños sean más mayores. «Además hay meses que tienes unos ingresos y otros meses otros, y sacar 300 euros fijos es mucho en estos momentos», afirma.

En algunas casas sólo plancha, en otras se encarga de toda la limpieza, en otras le llaman sólo para limpiezas generales... «Así es muy difícil saber cuánto vas a ganar cada mes; el que ganas un poquito más lo guardas por si el siguiente va un poco peor», explica.

Pero este trabajo le gusta y, además, también tiene cosas muy positivas. En concreto le permite conciliar su vida familiar y laboral: «Es un trabajo que te deja organizarte la vida, y con dos hijos pequeños eso es muy importante». «Yo limpio algunas casas por las mañanas, así que por la tardes puedo estar pendiente de los deberes o de las actividades extraescolares de los chavales», concluye.