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LA RIOJA
Lunes, 29 de mayo 2017, 13:14
Un menor de edad, un niño según precisaron ayer fuentes del Gobierno de La Rioja a Diario LA RIOJA, fue trasladado el pasado sábado desde el Hospital San Pedro al centro hospitalario vizcaíno de Cruces tras ser mordido en una mano por una víbora en ... la zona de las 7 Villas, en la sierra riojana. En un primer momento se informó de que el menor había sido mordido en las Viniegras, porque fue en Viniegra de Abajo donde recibió las primeras atenciones médicas.
El traslado, según las mismas fuentes, respondería al protocolo que se activa en tales casos. Se da la circunstancia de que niños, ancianos y personas con patologías crónicas son las que presentan mayor sensibilidad a la dentellada de este reptil.
Algunas precauciones clave
No levantar piedras grandes
ni meter la mano en oquedades o entre la hojarasca sin asegurarse con anterioridad de que no esconden posibles sorpresas desagradables. Evitar el contacto No hay que manipular ningún ofidio sin conocer antes la especie de que se trata con seguridad. Aprender a distinguir
Inspeccionar el suelo
A la hora de tomar asiento en el monte o en el campo, hay que revisar el piso en las zonas de picnic o de descanso antes de colocar la manta o la toalla para descartar la presencia de animales venenosos.
Vestimenta
Se recomienda usar pantalones largos y calzado fuerte, especialmente en las zonas de montaña y, al menos, durante los meses de actividad de los ofidios (de abril a octubre).
Si bien todos los años se registran casos, lo cierto es que el pasado 2016 (8 casos hasta septiembre), el número de atenciones hospitalarias por mordeduras de víbora en La Rioja se duplicaron respecto al 2015. La subida de temperaturas, según los expertos consultados entonces, estaría detrás de un repunte que creó cierta alarma, especialmente en la zona de las Siete Villas -donde se ubican las Viniegras y se registró un nuevo caso este sábado-.
El biólogo y jefe de área de Programas de Educación Ambiental de la Dirección General de Medio Natural, Carlos Zaldívar, autor de la 'Guía de los anfibios y reptiles de La Rioja', concretó en un reportaje publicado en este periódico que en nuestra región viven dos de las tres especies presentes en España. Se trata de la víbora áspid y de la víbora hocicuda. La primera, mucho más abundante en nuestra comunidad, habita en las zonas de montaña, salvo en la llanada de la cuenca baja del río Oja y en La Rioja Baja, ya que necesita roquedos y una cierta humedad ambiental. La segunda, con menor presencia, se distribuye por áreas de influencia mediterránea, no montañosas y sin cultivar, como las cuencas altas de los ríos Cidacos y Alhama y, escasamente, en la cuenca baja del río Tirón.
La potencia del veneno de la víbora áspid y de la hocicuda resulta «muy parecida», subrayaba Zaldívar. No obstante, remarcaba que su peligrosidad es «mínima» al indicar que en España se registran una media de 130 hospitalizaciones por mordedura de víbora cada año, de las que menos del 1% termina en fallecimiento del paciente.
Entre la población más afectada, «quizá por inmadurez» y por el tipo de actividad, son los adolescentes y los niños, que representan un 31% del total de casos. La incidencia se estabiliza entre los adultos a partir de 25 años y vuelve a aumentar entre los mayores de 65 años, con el 18% de las mordeduras.
Las mordeduras de serpientes venenosas tienen en La Rioja una incidencia media de 1,5 casos al año y no se ha registrado ningún fallecido, según los últimos datos publicados por Salud.
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