En una noche lluviosa y ventisca de marzo de 1452 salió Salomón Tabah a comprobar que los versículos de la Torá estaban bien protegidos en la mezuzah o hueco labrado en la piedra del pórtico derecho de su puerta. Oyó cascos de caballerías y sigilosamente ... se asomó a la esquina del Palacio de Sada. Vio cómo ayudaban a una mujer embarazada a entrar en Palacio. Los soldados creyeron notar algo extraño y cuando fueron a comprobar una sombra sospechosa, él ya había desaparecido tras la puerta de su casa en el Barrio Alto de Sos. Dos horas antes del alba, bajo el arco central de la plaza, ya estaba ocupando su puesto de almutazaf o alguacil del mercado, para velar que no hubiera malas artes en la venta. Controlaba pesos y medidas y tras él, labrada en la piedra del arco, estaba la vara aragonesa o jaquesa como patrón de medida y control.

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En el mercado financiero español hace falta un buen almutazaf. Alguien o algo que controle bien el sistema y que vele para evitar las malas artes, los engaños y las mentiras. En teoría tenemos el Banco de España y la Comisión Nacional del Mercado de Valores, pero a tenor de la crisis financiera pasada, de la burbuja inmobiliaria, de los casos de preferentes, acciones de Bankia, Fórum Filatélico, etc., la verdad es que dejan mucho que desear estas instituciones.

Pero dentro de lo malo ahí están. Y eso que se trata de un mercado organizado donde, en principio, hay control, supervisión y orden. El problema verdaderamente radica cuando se opera en un mercado no organizado donde no hay precio de mercado sino de referencia, como acuerdo entre dos partes, y no existe organismo ni institución que controle las operaciones. El caso de los pagarés de Nueva Rumasa es buen ejemplo de ello. Salieron fuera del control de la CNMV y sin su aprobación, pero tenían una cosa muy importante a su favor: una alta rentabilidad. Y ahí es donde está nuestra perdición. La emisión del 2009 salió al 8% cuando el Euribor estaba al 2,62%. Y las siguientes emisiones del 2010/2011 al 10% a un año y al 12% a dos años con un Euribor al 1,50%. ¿Quién se resiste a la tentación? Así recaudaron nada más y nada menos que 337 millones de euros de 4.100 inversores (incautos, con todos mis respetos). De toda la vida se ha dicho que nadie da duros a cuatro pesetas y éste es un ejemplo más de los muchos que se ven en el sistema financiero. En éste tipo de operaciones tan claras no hace falta organismo de control; simplemente sentido común. Repito y repito hasta la saciedad que cuanto más alta es la rentabilidad, más es el riesgo que se corre. Y sobre todo, si los tipos de interés ofertados están fuera del mercado, alejémoslos de nuestra vista. Seamos cautos y no romperemos el saco con la avaricia.

Terminada la jornada, y tras retirar del mercado varias pesas manipuladas, Salomón volvió a su barrio judío. Antes de entrar en su vivienda oyó los primeros sollozos de un recién nacido proveniente del Palacio de Sada. Acababa de venir al mundo Fernando el Católico, un gran rey que cuarenta años más tarde expulsaría a Salomón y a su familia de España.

Martín Torres Gavíria

Miembro de European Financial Planning Association España

Twitter @MTorresGaviria

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