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Miguel Navarro y Servando Martínez, en la autoescuela Servando, donde se imparte el curso de sensibilización en Logroño. :: Díaz Uriel
Casi 14.000 riojanos vuelven por necesidad a la autoescuela

Casi 14.000 riojanos vuelven por necesidad a la autoescuela

En algunos casos los conductores no realizan los cursos de sensibilización y vuelven a conducir sin poder hacerlo

MARÍA CASADO

Sábado, 3 de junio 2017, 13:45

Cuando se supera el examen del carné de conducir el radiante conductor no contempla de inicio la idea de volver a la autoescuela (sí es preciso renovarse en profesionales con el CAP, Certificado de Aptitud Profesional). Pero, la realidad marcada por el carné por puntos, unida a las sentencias judiciales, ha hecho que las autoescuelas sean el destino de quienes o bien necesitan reponer puntos o recuperar el permiso.

Así, según datos de la Confederación Nacional de Autoescuelas, que es la encargada de la concesión de los cursos en España, desde el 2006 hasta el 30 de abril de este año 7.157 personas han participado en La Rioja en la formación parcial de 12 horas (suma de puntos) y 6.722 en la completa de 24 horas (recuperación del permiso). Es decir, casi 14.000 riojanos han vuelto al aula de la autoescuela por necesidad.

Tal como indica el artículo 73, del texto refundido de la Ley sobre Tráfico, Circulación de Vehículos a Motor y Seguridad Vial, para obtener «un nuevo permiso o licencia de conducción posterior a la sentencia penal de privación del derecho a conducir vehículos a motor» es preciso «acreditar haber superado con aprovechamiento el curso de reeducación y sensibilización vial». En el caso de que la sentencia sea inferior a dos años no se requiere superar una prueba; sin embargo, para quienes tienen una condena por sentencia de más de dos años o han sufrido la privación del permiso por la retirada completa de puntos, una vez realizado el curso deben pasar un examen teórico compuesto de 30 preguntas tipo test.

«En los parciales se puede recuperar hasta un máximo de seis puntos y no hay examen (también se recuperan automáticamente si en dos o tres años, depende de la infracción, no hay otra retirada de puntos); en el caso de los cursos completos, si es por pérdida total de puntos el conductor sale con 8 puntos y si es por sentencia judicial lo recupera con los mismos puntos que tenía antes de la condena», explica Servando Martínez, de autoescuela Servando, el centro autorizado en Logroño para ofrecer los cursos, al que se unen un centro en Calahorra (autoescuela Calahorra) y otro en Haro (autoescuela Belmonte).

Obligatorio y desconocido

Una vez cumplida la pena de retirada de carné, la realización y superación del curso completo de sensibilización y reeducación vial es obligatorio, pero con frecuencia se desconoce. «No siempre se comunica por parte de los abogados y mucha gente no lo sabe y cree que simplemente cumpliendo los meses de condena ya está. Pero en realidad están conduciendo sin permiso, con lo que ello implica: de inicio, si te paran las autoridades, una multa de 200 euros (con pago rápido queda en la mitad); y si hay algún siniestro, el seguro no lo reconoce», explica Miguel Navarro, profesor con formación en la DGT, que imparte los cursos en Servando.

En otros casos, aun con conocimiento de la obligatoriedad de participar en la formación no se está llevando a cabo. Ahí entra el tema económico, ya que el curso tiene un coste de 398,45 euros (una tasa unificada en todo el país) y no todo el mundo puede asumirlo. Y aquí surge una cuestión, ¿cómo inhabilitar a estas personas que conducen sin permiso? «Si les pillan, se inmoviliza el vehículo pero puede cogerlo otra persona», precisa Navarro. Una situación a la que respondería, por ejemplo, el caso de la joven de Oliva, a priori sin permiso.

Pocos reincidentes

A ojos de la opinión pública, especialmente sensible en los últimos tiempos por los accidentes con víctimas de conductores bajo los efectos del alcohol y las drogas, parece insuficiente la medida del curso de sensibilización. «El objetivo es reeducar, concienciar y sensibilizar. Eso pretende el curso, pero son 24 horas de formación y en ese tiempo no se pueden hacer milagros, no se puede educar a una persona que viene con sus hábitos y su conducta», reconoce el profesor Navarro, y añade: «Es una cuestión de educación vial integral, desde pequeño, desde los colegios». Y es que, en su opinión, «un país conduce como está educado, y España no está bien educada y se es insolidario, y eso se ve al volante».

Sin embargo, el curso también da sus resultados positivos: «Para muchos alumnos, como ellos me reconocen después, la formación les es de utilidad, les sirve para reflexionar, evitar errores futuros y suelen decir que hubieran evitado lo sucedido de haber sabido ciertas cosas», precisa Navarro. Y es que el programa es intenso, tocándose, por ejemplo, el tema de los accidentes, los factores de riesgo (velocidad, alcohol, drogas, enfermedades, sueño, fatiga, estrés...), así como cuestiones de seguridad activa y pasiva, la conducción preventiva o normas de Tráfico.

Pero también hay reincidentes, los menos, y estos suelen tener -no siempre- un perfil más problemático: con frecuencia presentan problemas de adicciones al alcohol o a otro tipo de sustancias. «No dejan de ser enfermos, con el riesgo que eso implica para ellos y para la seguridad vial», reconoce el instructor.

Drogas, inquietud creciente

Entre los infractores por delitos a la seguridad vial, el alcohol y las drogas estuvieron detrás de la mayor parte de sentencias en La Rioja en el 2016, según datos de la Fiscalía. En concreto, de las 433 sentencias de conformidad, 292 fueron por temas de consumo de alcohol o drogas, seguidas por quienes conducen sin carné o sin puntos, que ascienden a 119 casos. La proporción se mantiene similar en quienes no optaron por el acuerdo judicial y forman parte de las sentencias sin conformidad: de las 32, 15 de alcohol o drogas y 13 sin carné, como causas principales.

Lo cierto, como reconoce Miguel Navarro, es que los casos de alcohol van a la baja y ascienden los de drogas. «No siempre, pero muchos de los que vienen por alcohol lo hacen con cierta vergüenza, porque la concepción social ha cambiado mucho, cada día está peor visto beber y conducir. Sin embargo, no se ve así en el tema de otras sustancias», subraya. Por eso, hace hincapié en que «entre los jóvenes, sobre todo, hay que conseguir que el consumo de drogas no sea tolerado». Y concluye recordando que en el texto de la Ley de Seguridad Vial «se considera muy grave conducir con presencia en el organismo de drogas, independientemente de los efectos, simplemente con la presencia, y hay sustancias que tardan días en eliminarse del organismo».

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