Asistentes al mitin celebrado el 1 de mayo de 1977 en el instituyo D'Elhuyar. ::

El último 1º de Mayo confinado

La concentración de Logroño fue una balsa de aceite comparada con lo que ocurrió en otras ciudades españoles aquel Primero de Mayo de 1977

María José González

Domingo, 30 de abril 2017, 01:03

Domingo, 1 mayo de 1977. Doce del mediodía. El entonces 'instituto masculino de Lobete', hoy D'Elhuyar, acoge la celebración de un mitin plurisindical por el Día de los Trabajadores. Será el último que se celebre en «un local cerrado» en el que se den « ... todo tipo de garantías», como establece la víspera el gobernador civil tras el 'telex' recibido desde Madrid con «orientaciones sobre los actos públicos que pueden organizarse con motivo de la Fiesta del Trabajo».

Publicidad

Habrán de celebrarse en «locales cerrados y techados», advierte. No valen los campos de fútbol, las plazas de toros o los espacios polideportivos. De igual manera, las manifestaciones públicas, «de cualquier clase que sean, cualquiera que sea el tema por el que se convoquen y cualesquiera fueran los que las soliciten, se prohibirán de modo absoluto todas».

El cronista de 'Nueva Rioja' informa de que, «tal y como estaba anunciado», el mitin se celebra ese domingo en el salón de actos del centro educativo, que está «completamente abarrotado, con todas las butacas ocupadas y gente de pie». «Puede calcularse entre 800 y 1.000 personas», certifica.

Según su relato, y tras cantarse 'La Internacional', Ricardo Romanos, de CNT, abre la reunión. Y se arma el lío. «Una compañera de UGT» manifiesta que en la mesa presidencial no están «representadas todas la centrales, pasando a ocupar un sitio, junto a CNT y UGT, CCOO y el Sindicato Unitario de La Rioja». Es entonces cuando se desata la polémica al intentar subir al escenario una representación de la ATR (Asociación de Trabajadores Riojanos). Según relata el periódico, Romanos «ataca duramente» a esta central porque «dimana del verticalismo». Así que la cosa se soluciona con una votación a mano alzada para ver si los de la ATR se incorporan o no a la mesa presidencial «y la mayoría» se manifiesta contraria.

Terminado el incidente, el acto continúa «según lo previsto, planteándose una pugna dialéctica entre CCOO y el resto de las centrales». Tanto UGT como CNT piden «la dimisión de todos los enlaces del actual sindicalismo», a lo que CCOO se opone. «Es decir -testimonia el periódico-, se planteaba la lucha de la libertad sindical, dejando opción a que el trabajador se defina o la unicidad que trata de imponer por encima de todo Comisiones Obreras». La reunión, en la que también intervienen Jesús Abad y Pedro Luis Díez Macón, finaliza como había empezado: entonando 'La Internacional'.

Publicidad

La ATR, entendiendo que lo dicho sobre ella en el mitin por «algunos oradores» es «injurioso y ofensivo», emite un comunicado para denunciar «el tono antidemocrático del acto, como lo demuestra el hecho de que fueron impedidos (se refiere a estar representados en la mesa presidencial) por una consulta realizada a voz en grito, sin recuento ni escrutinio alguno».

La concentración de Logroño fue una balsa de aceite comparada con lo que ocurrió en otras ciudades españoles aquel Primero de Mayo de 1977. La jornada se saldó con varios heridos, «uno gravísimo en Barcelona», y numerosos detenidos que «pacíficamente pretendían expresar un derecho histórico reconocido a la clase trabajadora». Según los convocantes, «la represión desplegada pone en cuestión los supuestos deseos de democracia del actual Gobierno».

Publicidad

Ese fue el último Día Internacional de los Trabajadores que se celebró confinado en España. A partir de 1978 se autorizaron las manifestaciones y los mítines públicos.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

¡Oferta 136 Aniversario!

Publicidad