El Parlamento aprueba que el portavoz de un grupo pueda ser relevado sin exigir el aval de todos sus diputados

Hasta ahora, una maniobra semejante encontraba un obstáculo infranqueable: para relevar al portavoz se necesita contar con la unanimidad de «todos» los parlamentarios de su grupo, según lo previsto en el artículo 23 del reglamento, como detalla el documento que estudiará hoy la Mesa, al que ha tenido acceso Diario LA RIOJA. Se trata de una objeción que, si prospera la iniciativa de la Presidencia del Legislativo, quedará salvada puesto que la nueva propuesta de resolución permitiría cambiar la portavocía de un grupo disponiendo tan sólo de «la mitad más uno de cualquiera de los miembros del grupo» que reclamaran la sustitución de su jefe parlamentario.

Desde la Presidencia se justifica este cambio, según el mencionado documento, en que el reglamento actual no contempla semejante hipótesis, a pesar de que también recuerda la existencia de precedentes de sustituciones de portavoces. De modo que hoy se ha planteado ante los grupos «una resolución supletoria» que modifica el citado artículo del reglamento y, en consecuencia, proponía «ejercitar la sustitución (del portavoz) como expresión de la voluntad mayoritaria del propio grupo en cada momento».

La medida permite, por ejemplo, el relevo de Concha Arruga como cara visible del PP en el Parlamento. Exconsejera bajo el mandato de Pedro Sanz, en el pasado congreso de su partido se decantó por el bando perdedor que encabezaba Cuca Gamarra. Ya entonces arreciaron las especulaciones que daban por descontada su salida de la portavocía. Curiosamente, quien impulsa esta medida que abriría la puerta a su sustitución es Ana Lourdes González, presidenta del Parlamento, que al contrario que Arruga sí apoyó a Ceniceros en el reciente congreso de su partido. Un respaldo al que correspondió el flamante líder del PP situándola entre su equipo más cercano de colaboradores en la nueva dirección salida de Riojafórum. Ayer, a través de un portavoz, González declinó hacer declaraciones.

Tampoco se mostró especialmente locuaz la propia Arruga, a quien le ha correspondido ejercer un peculiar papel: como titular de la portavocía de su grupo se ha pronunciado sobre una medida que puede significar que pierda la confianza de su partido. Sí que advirtió la todavía portavoz del PP que la medida lleva su propio itinerario burocrático; es decir, que debe interpretarse como una cuestión al margen de los debates sobre la reforma del reglamento.