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P. HIDALGO
Lunes, 1 de mayo 2017, 00:12
Ni hubo, ni parece que las vaya a haber. La falta de precipitaciones y las elevadas temperaturas no auguran buenas perspectivas para los amantes de la micología en La Rioja que, tras un otoño «francamente malo», asisten a una campaña de primavera ... que vaticina otra temporada de cestas vacías, a no ser que la condiciones meteorológicas cambien en las próximas semanas.
Así lo estima el presidente del Grupo Cultural Micológico Verpa, Carlos M. Pérez del Amo, quien incide en que dada la ausencia de precipitaciones «ya es tarde» para algunas especies propias de estas fechas como la marzuela o seta de marzo, la de chopo o el perrochico. Esta última aún tendría alguna oportunidad de aflorar «si mejorasen las condiciones de humedad».
La concatenación de campañas flojas o nefastas ha coincidido en la región con la promulgación, en enero del 2015, de un decreto por parte del Gobierno de La Rioja para regular la recolección micológica en nuestro territorio, evitando el 'efecto llamada' que se producía dado que otras comunidades vecinas ya habían ordenado su recogida. «Los ayuntamientos y el sentido común exigían esta norma por la presión que existía. Y creo que hemos conseguido el objetivo que se perseguía, que no era otro sino preservar este recurso natural o mejorarlo», valora el director general de Medio Natural, Miguel Urbiola.
«La normativa resultaba necesaria porque en épocas de bonanza resultaba una locura. Muchos profesionales venían a recoger ejemplares para luego venderlos y había grupos que arrasaban con todo lo que veían», apunta Pérez del Amo, para quien «el decreto regional y el acotado de zonas ha ayudado a que no haya tanta gente en el monte».
Permisos
Villoslada de Cameros, junto a Lumbreras (municipio con el que conforma el Parque Natural Sierra de Cebollera), fue una de las primeras localidades que, partiendo del decreto regional, aprobó en el 2015 una normativa propia para regular la recolección de setas y hongos en determinados espacios de su término. En virtud de la misma, estableció la obligación de retirar un permiso que, a cambio de cinco euros, autorizaba a recoger hasta seis kilos por persona y jornada.
«Sobre todo pretendíamos controlar las situaciones de abuso que se daban y las formas de entrar en el monte», remarca el alcalde villosladense, Julio Elías.
Elías apunta que ésta fue la principal motivación para establecer acotados, más que obtener unos ingresos para las arcas municipales. «No dependemos de la setas. En los presupuestos no contamos con ellas porque sabemos que se trata de un producto que puede aparecer o no», afirma al tiempo que precisa que las principales vías de financiación de su Consistorio son la venta de madera, la caza y el IBI. Esto mismo suscribe su homólogo de Lumbreras, otro municipio 'setero', Norberto Martínez.
El primer edil de Villoslada expone que en un buen año de setas, su Ayuntamiento puede ingresar unos 3.000 euros por este concepto. El pasado ejercicio rondaron los 1.000. Por su parte, Martínez concreta que en un año fructífero pueden recibir en Lumbreras a unos 200 aficionados a la micología en otoño. El pasado no llegaron a 40. Y esto tiene su repercusión en los bares y restaurantes de estas localidades.
Lumbreras se sumó en octubre del 2016 a la página web www.micocebollera.com a través de la que se pueden retirar permisos para recolectar hongos en los terrenos acotados del Parque Natural Sierra de Cebollera. Villoslada puso en marcha este sistema en el 2015. «Apoyaríamos la idea de que se estableciera una plataforma única para todos los municipios riojanos», plantea el presidente de Verpa, ya que este sistema ha agilizado la obtención de permisos y evitado las colas que antes se producían en las localidades 'seteras' más importantes para hacerse con una autorización.
Aunque estas filas tampoco volverán a reproducirse si no llueve. «Desde hace unos años observamos unos dientes de sierra terribles. Se merman las recolectas o se produce una eclosión desmesurada de algunas especies», traslada Pérez del Amo como «apreciación personal» ligada a un posible «cambio climático».
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