Banca pública

MARTÍN TORRES GAVIRIA

Sábado, 15 de abril 2017, 19:31

En la mitología judía aparece en el siglo XIII la figura del golem. Es una figura humana hecha por un rabino, con barro y limo, tras cinco días de ayuno. El rabino le escribe en la frente la palabra 'emet' (verdad), le recita las palabras ' ... shen ha-mephorash' y cobra vida. No puede hablar, pero hace todo lo que se le manda. En cierta ocasión cuentan que en la ciudad de Chelm (Polonia), Elías Baal Shem creó un golem que creció tanto que al final se convirtió en una amenaza.

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Así les pasó a los políticos españoles. Crearon monstruos de cajas de ahorro (no todas), les escribieron en la frente amor pero en realidad la a iba al final, mora. Creció tanto, la mora, que se convirtieron en una amenaza, no para ellos, sino para todos los españoles. Nos ha costado la criatura 61.500 millones de euros de los cuales 40.000 millones de euros son prestados por nuestros socios europeos, que por supuesto no lo hacen gratis. Las cajas eran un buen invento. Eran una mixtura de público/privado cuyos beneficios revertían en la sociedad. Pero he aquí que en 1985 los políticos con la ley 31/1985 del 2 de agosto toman el poder de los consejos de administración y pasan a ser bancos públicos al servicio de los presidentes autonómicos. Y como el dinero no es de nadie, no dejaron de financiar infraestructuras ruinosas y proyectos inservibles: puentes sin carreteras, aeropuertos sin aviones, balnearios sin clientes, etc.

Pero he aquí que como los de Podemos han llegado tarde a la fiesta, y por supuesto también quieren chupar, han presentado en el Congreso de los Diputados una proposición de Ley para impulsar la fusión de Bankia con Banco Mare Nostrum (BMN) y que su capital se mantenga en manos del Estado y evitar su privatización. Es decir, crear una Banca Pública y repetir corrupción, clientelismo, sobresueldos, jubilaciones de oro, etc. Estos podemitas, que beben Coca-Cola en la intimidad, como buenos comunistas quieren su Banca Pública para crear políticas contra-cíclicas y generalizar aquello que adoran: la pobreza ajena.

No podemos tropezar dos veces en la misma piedra, la banca gestionada por políticos ha sido un verdadero desastre y cuando se habla de que nuestro sistema bancario ha sido intervenido no es del todo cierto. La banca privada no ha necesitado fondos públicos (a excepción del Banco Valencia). Y las cajas de ahorros de cuarenta que había en 2010 ahora sobreviven ocho, pero bajo estructura de banco, del total de trece que es en lo que se ha reducido todo el abanico de bancos y cajas. La banca privada rinde cuentas a sus accionistas y analiza muy bien a quién financia. La pega, para mí, es que debiera de mirar no solamente quién, sino qué y apoyar sin tanta exigencia garantista proyectos viables. España tiene un potencial enorme de emprendedores con ideas brillantes que esperan la oportunidad y el apoyo financiero necesario para salir al mercado. Así que un poco menos de garantías económicas y un poco más de viabilidad de proyectos.

Para eliminar la amenaza del golem, Elías Baal Shem le ordenó que le quitase las botas. Así, el golem no tuvo más remedio que agacharse, circunstancia que el rabino aprovechó para tener su frente a mano y borrarle la primera letra de emet, dejándola en met (muerto). Elías creyó tener solucionado el problema. Pero el golem, que murió nada más quitarle la letra, era tan grande que cayó sobre el rabino y éste murió aplastado. Creyó dominar el monstruo pero fue la causa de su muerte.

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Martín Torres Gaviria

Miembro de European Financial Planning Association España

Twitter @MTorresGaviria

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