Calahorra apostó fuerte al rojo y perdió. Cuca Gamarra era la favorita del equipo de Luis Martínez Portillo; quizás no de todos, pero sí de la mayoría que avalaron y después votaron según las preferencias del alcalde que desde el principio tuvo claro que por ... ella pasaba el futuro del partido. A muchos extrañaba esta apuesta tan clara y contundente. Ninguna cabecera de comarca lo hizo de igual manera. Alfaro se puso de lado; Arnedo no dijo nada, al menos de forma oficial, aunque se podía intuir lo que luego se confirmó: que Antonio Eguizábal era proCeniceros; pero nadie le vio en ninguna foto, en ninguna reunión.
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Por allá arriba, ni Nájera ni Santo Domingo ni Haro parecían tenerlo claro: unos iban con Ceniceros; otros, con Gamarra, y en Cervera. de la región de Pedro Sanz, no se esperaba otra cosa que su apoyo a la alcaldesa de Logroño.
Pero Calahorra no. Calahorra decidió echar el resto en la campaña de Gamarra. El primer acto multitudinario fue allí, con la plana mayor del PP calagurritano. Se echaron de menos algunas caras como la de Javier Pagola o de la portavoz popular, Rosa Ortega, pero desde el PP de Calahorra se alegaron motivos personales cada vez que se preguntaba por esas ausencias. Las redes sociales, que el pasado sábado se quedaron mudas, antes se habían volcado en la campaña. Muchos decían jugar a un caballo ganador, que pinchó en el último momento. Algunos no pudieron celebrar la victoria. Es lo que tiene el voto secreto; no todos eran de Cuca.
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