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María Félez
Martes, 21 de marzo 2017, 22:13
Karima se ha enterado de que el Tribunal de Luxemburgo avala la prohibición del velo en el trabajo a través de la tele. Para ella es un problema lejano. Nunca se ha encontrado con nadie que le haya pedido que se desprenda de ... él. Fue cuando cumplió los 30 el momento en el que decidió empezar a ponérselo y desde entonces se lo ha quitado en contadas ocasiones y siempre ha sido una decisión personal.
«Recuerdo que me lo quité para una boda católica por respeto a las familias a pesar de que los novios me insistieron en que fuese con él. La verdad es que pasé mal rato pero había sido mi decisión», comenta.
«Yo entiendo que algunos pueden pensar que nos lo ponemos porque nos obligan, y en algunos casos quizás sea así, pero en la mayoría de los casos no lo es», explica. «Yo decidí ponérmelo cuando ya era una persona adulta, ya estaba casada y había tenido familia. Llega el momento en el que lo decides y luego te das cuenta de que te sientes desnuda si vas sin él», comenta.
Ella es encargada de un cultivo de champiñón en Pradejón. Allí nadie, nunca, le ha puesto ninguna pega a ella ni a ninguna de sus compañeras. «Algunas lo llevamos y otras no, es una decisión muy personal y muy respetable, tanto en un caso como en el otro», recalca. Asegura que las que no lo llevan tampoco son mal miradas por la comunidad árabe del municipio riojabajeño.
Sí que sabe de algún problema en el ámbito educativo. «He oído que alguna chica ha tenido problemas en el instituto por llevarlo con sus compañeros y con algunos profesores pero yo la verdad es que nunca me he encontrado con nadie que me haya dicho que le molesta que lo lleve», dice haciendo memoria. «Tampoco tenía problemas en Marruecos cuando no llevaba el velo; quizás en otros países sí que sean más estrictos con estos temas, pero allí no», dice.
Sus jefes tampoco ven problemas en que ninguna de sus trabajadoras los lleven. «Son personas responsables y mientras no haya problemas por temas de seguridad creemos que pueden venir como ellas quieran, igual que el resto de nuestras trabajadoras», explica Antonio.
Karima no entiende muy bien la resolución del tribunal. «Hay en trabajos que no lo puedes llevar por normas de la empresa, igual que no puedes llevar anillos o colgantes por motivos de seguridad, pero si no hay una norma específica no tiene mucho sentido prohibirle a alguien a que vista como quiera», entiende ella.
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