El Partido Popular sale de cuentas

Hoy concluye el plazo para que Ceniceros y Gamarra oficialicen su intención de presentar su candidatura

Jorge Alacid

Lunes, 13 de marzo 2017, 09:25

Partidarios de José Ignacio Ceniceros y Cuca Gamarra recurren estos días a metáforas de índole ginecológica para explicar los tumultuosos tiempos que vive el PP de La Rioja. Según semejante campo semántico, restan sólo unos días para saber si el sucesor de Pedro Sanz en ... la presidencia será niño o niña. Y, en consecuencia, debe añadirse que hoy este embarazo largo, larguísimo... Este embarazo que se acerca a los dos años, luego de que Ceniceros fuera impuesto por Sanz como su relevo en el Palacete, sale hoy de cuentas: a las ocho de la tarde se sabrá si finalmente los dos aspirantes formalizan su intención de presentarse. Es decir, si también Ceniceros, como hizo el viernes Gamarra, pasa de las palabras a los hechos.

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Desde ambos sectores se da por seguro que sí. Que en consecuencia se desvanece la ilusión que distinguía a tantos militantes de que cristalizara una lista unitaria que evitara el duelo que se anuncia el 1 de abril, fecha elegida para el congreso de Riojafórum. Y que habrá por lo tanto votación secreta entre los afiliados que estén al corriente de pago. Que es donde reside la primera incógnita que deberán despejar los protagonistas de este novelón: cuántos de los 5.208 militantes pueden en realidad participar en el relevo de Sanz. Porque quienes conocen en profundidad las entrañas del partido aseguran que no llega a tres mil el número de personas que pueden ejercer ese derecho. Y que otra cosa distinta es que luego lo ejerzan.

«Si acuden al congreso unas mil quinientas personas ya nos parecería mucho», avisan en el entorno de Gamarra. Unas fuentes que se amparan en ese dato para poner en cuestión que, como alardean en privado, los afines a Ceniceros dispongan de cerca de dos mil avales. Porque de hecho esas son las cuentas auténticas, las fetén: las cuentas que durante la semana entrante exigirá a los contendientes tener la calculadora a mano para saber cuántos avales presenta hoy cada candidato. Con advertencia incluida: que avalar a Ceniceros y Gamarra, como se cuidan de avisar algunos militantes consultados por este periódico, no significa que luego también les voten.

Porque prevalece, por el contrario, un juego de pillos. Si los aspirantes han competido en astucia para no desvelar sus intenciones, también entre la militancia se observa una conducta semejante. Son esos afiliados que comparten esta visión expresada por uno de ellos: «Hay mucha gente que votaría a Gamarra si no la viera tan unida a Sanz; y otros que prefieren a Ceniceros pero que no soportan a Carlos Cuevas». Porque el consejero de Fomento encarna para muchas de las personas consultadas para este artículo la continuidad (aunque bajo las órdenes de su nuevo jefe) de la fórmula Sanz para liderar el PP riojano que tanto desafecto genera. Un modelo autoritario del que, en teoría, la nueva generación que encabeza la alcaldesa de Logroño se decanta por alejarse.

Pero ésa es la teoría. En la práctica, Gamarra se ha ido aprovechando en la recogida de avales y en la hipotética cosecha de votos de la conexión que Sanz mantiene con La Rioja interior, donde se halla la mayor laguna de su candidatura, vinculada más estrechamente a Logroño. La capital donde, por otro lado, reside más de la mitad de la militancia: de ahí que sus incondicionales trasladen la idea de que dominando el voto logroñés (incluyendo su periferia, donde también aseguran contar con la mayoría de apoyos) y añadiendo su prevalencia en casi todas las cabeceras de comarca la lista oficial está condenada a triunfar. Porque además Gamarra se considera la favorita de Génova, factor que puede inclinar la balanza de su lado.

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Entre sus rivales prende un dictamen opuesto: discuten que Logroño, donde disponen de la baza del consejero Conrado Escobar, sea mayoritariamente de Gamarra. Opinan además que el voto rural es suyo y que los recelos hacia el aparato decantarán de su parte el voto indeciso. O el oculto: el de esos militantes que quieren pasar la página de los años bajo el poder de Sanz, según las cuentas que se hace Ceniceros. El primero en postularse como nuevo líder, el mismo que ahora tiene que apretar el paso: Gamarra le ha tomado la delantera. Tiene sólo unas horas para decidir si hay agua para él en esa piscina.

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