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Pablo Álvarez
Jueves, 9 de marzo 2017, 22:58
Se llama IPOD. Pero no, no es un reproductor de música con una manzana mordida a la espalda. Las siglas corresponden aÍndice de Precios Origen-Destino, y ya tiene su solera: el índice, a medias entre sindicatos agrarios y organizaciones de consumidores, ofrece ... datos desde el 2008 sobre la diferencia entre lo que reciben los agricultores y lo que pagan los consumidores.
Para ello toman una cesta de 25 productos básicos de amplio consumo y simplemente recoge sus precios en el campo y en el súper. Y de la comparación sale el resultado: el número de veces que el precio que el consumidor paga contiene al que el agricultor recibe. Y el resultado es a veces sorprendente.
análisis
El estudio está realizado a medias entre el sindicato COAG, que recoge los datos en origen, y las asociaciones de consumidores CEACCU y UCE, que se encargan de la recogida de los precios finales. Ellos toman los datos de los 25 productos, y calculan el número de veces que se multiplica el precio que recibe el agricultor al final de la cadena. Es decir, lo que se queda en esos intermediarios, muchas veces considerados los malos de esta película, aunque su labor sea imprescindible en este mercado.
¿Cuánto paga el consumidor 'de más' en este sentido? Pues según el IPOD de enero pasado, más del triple: la media general es de 3,52. Es decir, que en las tiendas los productos agrícolas se venden 3,5 veces más caros de lo que se pagan al agricultor. El sobrecoste es ligeramente mayor en lo que se refiere a los productos agrícolas (3,6) que en los ganaderos (3,2). Pero lo que llama poderosamente la atención es la diferencia entre unos y otros productos.
Así, en algunos casos la diferencia es más razonable: 1,5 veces en el caso de la berenjena, 1,3 en el aceite de oliva, 1,61 en el calabacín, 1,7 en pepino. Curiosamente, muchos de estos productos han sido los más 'beneficiados' por el boom de precios de este invierno, debido a la escasez por las condiciones meteorológicas en gran parte de Europa. Las hortalizas salían a precios muy altos del campo, lo que puede influir en la poca diferencia con el precio final.
Sin embargo, el estudio ha detectado un hecho curioso en algunos de estos productos 'sobrepreciados' este invierno: el precio en el campo ya se ha moderado mucho, según mejoraban las condiciones del tiempo, pero el precio al consumidor no ha hecho lo mismo. Así, la berenjena cayó entre enero y febrero el 35% en el campo, pero subió el 17% en la mesa. Y el calabacín cayó el 62% en el campo mientras, sin embargo, subía el 14% en la tienda.
Manzanas: 667%
Mientras tanto, en otros artículos la diferencia está más que disparada. ¿Que es lo más 'caro'? La medalla de oro es para las manzanas, que se multiplican por un soberbio 7,67. Según el IPOD de enero, el precio de salida estaba en 0,24 euros, y el de llegada en 1,45. Un aumento de precio del 667%.
Por detrás, no muy lejos, llega el limón, que se multiplica por 7,58, con un aumento de origen (0,26) a destino (1,97) del 658%. Y a continuación, productos como las aceitunas en verde (6,79 veces), la mandarina (6,13) y la naranja (6,04).
Y aún podemos considerarnos afortunados los consumidores. El IPOD, con ese 3,52 actual, está en uno de sus puntos más baratos de su serie histórica. Según los datos, la tendencia del índice en los últimos diez años es continuamente descendente. Y si a alguien le parece exagerada la situación actual, que piense que todo precio pasado fue peor: en mayo y junio del 2009 el IPOD general estuvo por encima del 6, lo que quiere decir que había productos en los que el precio final era más de 10 veces superior al de origen.
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