Los camioneros son el 90% de la clientela de la N-232. :: m.f.

Los camiones pesan mucho en la N-232

Los gerentes de estos establecimientos se reúnen hoy en la FER donde mantendrán una reunión y emitirán un comunicado

MARÍA FÉLEZ

Viernes, 3 de febrero 2017, 18:00

Son las dos de la tarde y en el área de servicio que existe entre Calahorra y Rincón de Soto hay aparcada una veintena de camiones. Varios chóferes están comiendo un bocata en la cabina, otros han entrado al restaurante, alguno simplemente aprovecha la parada ... que tiene que hacer cada cuatro horas para echar gasolina y estirar las piernas. Algo similar ocurre en el Hernani de Alfaro, en el Zenit en Calahorra, en El Molino de Agoncillo, en La Bodega de San Asensio y en tantos otros negocios que hay a pie de la N-232. Sus clientes son camioneros. Esos mismos a los que Íñigo de la Serna, el titular de Fomento, quiere enviar, de forma obligatoria, a circular por la AP-68, como única medida para atajar la siniestralidad de la vía convencional.

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«Somos negocios que comemos con el transporte pesado y si éste no pasa ya podemos empezar a ir redactando las cartas de despido», comenta Julián Escalada, gerente de 'Las gemelas' entre Rincón y Calahorra. En su caso tendría que hacerlo para 30 personas que trabajan allí. Para él, la solución no pasa por llevarse los camiones a otro sitio. «Trasladamos el problema de la nacional a la autopista y metemos en una vía rápida a vehículos lentos», comenta. Además, para él, existe otro problema y son los accesos que unen las dos vías. «Vamos a tener la autopista gratis hasta Alfaro y luego ¿qué hacen los camiones que salgan hasta llegar a la 232 para seguir su ruta?», dice poniendo como ejemplo que tendrían que pasar por una vía regional sin casi arcén. «La 232 no es una mala carretera; tiene varios problemas: uno es la velocidad y otro que está poco vigilada; que pongan radares cada 2 kilómetros y bajará la siniestralidad», comenta.

Rubén Ayensa es el director de Zenit en Calahorra. Él entiende que hay que dar una solución al problema pero está convencido de que ésta no pasa por llevarse los camiones a la autopista. «Sabemos que una vida no tiene precio y si con ello se evitasen los accidentes entenderíamos que es necesaria la medida; pero el problema no lo vamos a evitar, simplemente lo vamos a trasladar». En su caso serían 21 los puestos de trabajo directos a los que afectaría, «pero también está nuestro carnicero, los representantes de las bebidas, el de las servilletas, el de los cupones de la ONCE...», enumera una lista casi interminable. «Nosotros lo tenemos asumido, tendríamos que cerrar o prescindir de muchos de nuestros empleados», explica, pero también reflexiona sobre el papel de la comunidad. «Nos convertiremos en una región de paso, es como hacer una circunvalación a toda La Rioja. Además de que todos los riojanos haríamos frente a un gasto altísimo, se generaría más paro.... un negocio perfecto, vaya», ironiza.

Eva Tobía regenta 'La Bodega' de San Asensio y su opinión va en la misma línea. «Creo que no hay que ser muy inteligente para saber que hay otras medidas más efectivas que llevarse a los camiones a la autopista», sentencia. «O es que una muerte es menos muerte si es en la autopista», lanza intentando explicar que sacar a los camiones de la N-232 no es la solución a la siniestralidad. «Dicen que no podemos convertir la nacional en autovía pues que se cree un tercer carril para que los adelantamientos sean más seguros», comenta mientras explica que «nosotros tendríamos que cerrar definitivamente porque toda nuestra actividad está enfocada al camionero». Para ella la solución no pasa por trasladar el tráfico pesado por la autopista: «O sea que voy a pagar una autopista para encontrármela plagada de camiones, eso no hay quien lo entienda».

A lo largo de la mañana de hoy, ellos y muchos más se reunirán en la FER para estudiar los efectos de la medida. «Como usuarios somos los primeros que queremos que la 232 sea segura», dice Rubén.

Mientras, el consejero de Fomento del Gobierno de La Rioja, Carlos Cuevas, defendía ayer que es preciso hacer un «estudio previo y sosegado» antes de acordar la obligatoriedad de desviar el tráfico pesado de la N-232 a la autopista AP-68. «Es pronto», reconocía Cuevas para seguidamente precisar que el Gobierno regional ya trabaja en esta medida con los transportistas y la concesionaria de la autopista.

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