El retorno de la bruja

Después de tres años con los precios bajo cero, España vuelve a la inflación y eso tiene consecuencias

Pablo Álvarez

Viernes, 20 de enero 2017, 22:06

Y volvió. En realidad, nadie dudaba de que iba a hacerlo, pero tras casi tres años de ausencia lo cierto es que (desmemoriados como somos los consumidores) ya casi ni nos acordábamos de su existencia.

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Pero aquí está de nuevo: la inflación, el viejo demonio ... de episodios de crisis añejas, ha vuelto con la bonanza. Y es que España ha pasado tres años de inflación nula o negativa, lo cual es siempre peligroso. A un español de los primeros años de la democracia, preocupado por una tasa de inflación imparable que siempre amenazaba con llevarse su sueldo por delante, decirle que una bajada de precios continuada es peligrosa para la economía quizá le sorprendiera. Pero una deflación (que así se llama el fenómeno) puede llevarse por delante la economía de un país de un modo mucho más peligroso que una inflación controlada.

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Sea como fuere, ese peligro ha pasado, y los precios (que llegaron a caer sobre el 1,3% en enero de 2015) ya crecen de nuevo. El alza imparable de los combustibles y la energía está empujando un índice que en diciembre ya creció el 1,6%. Y los análisis más pesimistas afirman que en los primeros meses de este 2017 veremos alzas interanuales por encima del 3%.

¿Qué sube? Pues prácticamente todo; aunque este mes la palma se la han llevado productos como las legumbres, el corazón impulsor de la subida del IPC está en los carburantes. De hecho, hay analistas que piensan que el IPC llevaba subiendo «encubierto» varios meses, aunque esa subida quedaba enmascarada por el siempre importante descenso del petróleo. Pero el petróleo escala, y con é lo hace también el índice de precios,

La vieja bruja inflacionaria ha vuelto, pues, y es hora de empezar a pensar (o a recordar) en que las cosas en un entorno inflacionario cambian, y que eso influye en nuestro entorno, en lo que compramos... y en lo que cobramos.

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- Tu sueldo vale menos: la crisis se llevó por delante las negociaciones con los sueldos unidos al IPC. Durante los años de deflación no se acababa de notar tanto, pero eso ya se acabó. El poder adquisitivo de los salarios españoles ha estado cayendo estos años (aunque el precio del petróleo, como queda dicho, enmascarara en parte el índice). Ahora los números no engañan. Si las predicciones se cumplen, todos aquellos que no hayan actualizado su salario en la próxima primavera estarán en realidad cobrando el 3% menos que el año pasado. Caso especial es el de los funcionarios estatales: al no haber presupuesto, sus sueldos se han congelado... o sea que pierden. Es de suponer, sin embargo, que las futuras cuentas del Estado incluyan algún mecanismo de compensación.

- Y tu pensión también: los pensionistas tienen por ley garantizada un alza de sus pensiones del 0,25 por ciento anual. Es la que se va a aplicar este año. Evidentemente, las pensiones en España valdrán considerablemente menos que el año pasado, en realidad.

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- ¿Y mi crédito? Si tienes una hipoteca a un interés variable, la inflación no la afecta, porque ese interés no está referenciado al IPC. Eso sí, lo normal es que si la inflación suba, lo hagan también los tipos de interés. En Estados Unidos ya han comenzado la subida, y si la zona euro prosigue la línea de inflación, acabarán haciéndolo también aquí. Y entonces, sí, la hipoteca subirá. Sin embargo, para quien tenga una hipoteca de cuota fija, la inflación hace que en realidad esté pagando «menos»... aunque la no-subida de los salarios no permita alegrarse demasiado en este sentido.

- La inversión que pierde: No es que la banca esté ofreciendo demasiado interés en productos como los depósitos a plazo fijo y similares, pero el interés de estos productos cae encima con la inflación: lo que ganas vale menos que hace un año.

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