María José González
Domingo, 15 de enero 2017, 21:39
Cuando alguien sufre un accidente, un atragantamiento con pérdida de consciencia o cualquier otra circunstancia que le deja sin respiración, lo fundamental es someterle a una serie de maniobras de reanimación cardiopulmonar para que recupere el aliento y la circulación sanguínea a los órganos vitales. ... El cierre del Palacio de Justicia ha dejado sin pulso a los comerciantes y los hosteleros del centro y del casco antiguo de Logroño, que reclaman que «cuanto antes» se le dé un nuevo uso para «mantener la vida» en estas zonas de Logroño.
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El secretario de FER-Comercio, David Ruiz, explica que «todo cambio trae beneficios para algunos y pérdidas para otros» y reconoce que «el comercio de la zona se ha beneficiado de la existencia del Palacio de Justicia». Por ello y, «como defensores de un modelo de comercio urbano, pedimos que al edificio se le dé una utilidad para mantener vivas esas zonas». Así, recuerda los efectos negativos que el traslado de la comisaría de la Policía Nacional y el cierre del Hospital San Millán tuvieron para las áreas contiguas.
Mucho más severo se manifiesta el presidente de la Asociación de Comerciantes de la Plaza de Abastos, José Ricardo Galilea. El traslado de la principal sede judicial al Oeste de Logroño es «lo que nos faltaba». «Un mazazo más para el casco antiguo, que se ha quedado como una zona de ocio porque no hay ningún motivo más para acudir a él», se duele. En este sentido recuerda que los edificios administrativos que antes albergaba la parte histórica de Logroño «se han ido cerrando» y el Palacio de Justicia, «que era lo único que quedaba y que nos aportaba clientes, se pierde ahora».
«Cuanto antes»
Según Galilea, los comerciantes del mercado de San Blas «necesitamos que las instalaciones se ocupen cuanto antes». «Si se quedan cerradas para siempre, la plaza de Abastos también lo hará», advierte. Asimismo argumenta que «es un problema que llevamos tiempo planteando a los políticos», pero «no tenemos ninguna perspectiva» y la hipotética ampliación del Teatro Bretón «no nos aportará nada», dado que sus horarios no coinciden con los de apertura del mercado.
Sin esconder su pesimismo, Galilea enfatiza que «el único motor que le queda al casco antiguo» es la plaza de Abastos, «que emplea a un centenar de personas». Ruiz también subraya la necesidad de que este céntrico mercado logroñés «cumpla su labor como motor de la vida de la ciudad» y, en ese sentido, adelanta que la FER organizará el próximo día 31 una jornada en Logroño «para conocer los cambios que han introducido diversas plazas de abastos de España y cómo se han revitalizado».
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Por su parte, el presidente de Hostelería Riojana, Francisco Martínez Bergés, avisa del impacto que el cierre del Palacio de Justicia tendrá, no tanto en la zona de Bretón de los Herreros, «donde se pueden ver afectados tres o cuatros establecimientos que no están tan dedicados al ocio de tarde-noche», sino en calles adyacentes como «Víctor Pradera, avenida de Portugal, El Espolón y Laurel». Por estas zonas «suelen pasar unas 2.000 personas al día entre funcionarios, abogados, juristas..., por lo que hay que dar un uso al inmueble de forma rápida para que se mantenga el movimiento y siga habiendo gente».
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