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Pablo Álvarez
Sábado, 14 de enero 2017, 21:24
Primero fueron las bolsas: las grandes superficies dejaron poco a poco de facilitar bolsas gratuitamente y «de oficio» a los clientes, que ya mal que bien se han acostumbrado a pagar unos céntimos por ellas (o, más previsoramente, a traerlas de casa).
Ahora vienen los ... tickets. Dos iniciativas (por ahora, limitadas) de dos grandes superficies han coincidido en el tiempo y en el mismo sentido: empezar a eliminar los tickets de caja que se entregan al cliente en papel.
Curiosamente, la iniciativa ha partido de dos de las cadenas que primero se subieron al carro de la eliminación de las bolsas: Carrefour y Lidl. Las dos lo harán de manera limitada y algo experimental, pero la intención es la que cuenta.
Así, según informa la agencia Europa Press, Carrefour ha lanzado su iniciativa 'Papel 0', que incluye dentro de un esfuerzo de digitalizción más amplio, y que quiere reducir su consumo de papel en un 70%.
¿Cómo? Por un lado, con la eliminación del papel en los principales procesos en sus oficinas centrales. Pero por otro, la idea es reducir significativamente los tickets emitidos en sus líneas de cajas.
De ese modo, los usuarios de la aplicación 'Mi Carrefour' (el programa de fidelización de la cadena) han comenzado a recibir mensajes en los que se les informa de que pueden optar por seleccionar libremente la opción de 'no recibir papel'. Así, cuando pasen por caja su justificante de compra se enviará automáticamente a la app, y también los 'cheques ahorro' (cupones) que se generen con ella.
Según indicaba Carrefour, son más de un millón los usuarios que van a recibir esa notificación, y que deberán por tanto decidir si no quieren papel en línea de caja.
Lidl, en Suiza
Por su parte, Lidl anunció en los últimos días del año que también plantea dejar de emitir por defecto sus justificantes. La cadena de origen alemán va a comenzar a aplicar la medida en los cien supermercados que tiene en Suiza, intentando reducir costes y «contribuir con el medio ambiente».
Es de suponer que la medida se extenderá en un futuro a otros países, aunque no se han publicado planes concretos al respecto. Lidl asegura que «la mayoría de los clientes no coge el recibo, o que lo pierde antes de llegar a su vehículo», por lo que defiende que la iniciativa «permitirá el ahorro de mucho papel».
Motivos de costes y medioambientales aparte, la iniciativa tiene, en el caso de España, una derivada legal: la Ley de Defensa de los Consumidores dice que los consumidores tienen derecho a exigir un justificante de compra o una factura en papel. Es decir, que las tiendas deberán mantener esa posibilidad si el cliente lo decide.
Así lo recordaba en un comunicado la asociación Facua: la medida sólo es legal «si el comprador lo acepta». Además, la asociación recuerda que por otro lado, «todavía hay un elevado porcentaje de consumidores que no tienen acceso a Internet, por motivos tanto económicos como por desconocimiento del funcionamiento de las nuevas tecnologías».
Eso no significa que la asociación no le vea ventajas a la medida. Y es que, recuerdan, tener el ticket automáticamente en formato electrónico, más allá de sus ventajas ambientales, es un seguro anti-pérdidas: «Reduce el riesgo de no contar con sus versiones en papel cuando resulta necesario plantear una reclamación, ya que en muchos casos se tiran o pierden», recuerda la asociación.
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