Marcelino Izquierdo
Sábado, 24 de diciembre 2016, 00:04
Logroño. Acaba de abrir sus puertas el flamante Palacio de Justicia de La Rioja, un proyecto que lleva años madurando y que no hace sino afrontar las necesidades -algunas de ellas imperiosas- que la comunidad autónoma tiene a la hora situar la administración judicial en ... pleno siglo XXI. Hace casi 65 años, la entonces provincia de Logroño también estrenaba nuevos juzgados, el edificio que hace esquina entre las calles Víctor Pradera y Bretón y que, por primera vez, aglutinaba en una única sede todos los órganos implicados en el sistema judicial. Fue el 10 de julio de 1952.
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En el verano del pasado 2015, solicitó audiencia con el presidente del Tribunal Superior de Justicia de La Rioja, Ignacio Espinosa, el general logroñés en la reserva José María Sáenz de Tejada y Fernández de Bobadilla, jefe del Estado Mayor del Ejército (JEME) entre los años 1983 y 1986. Su visita tenía por objeto entregar el acta oficial de inauguración del hasta ahora Palacio de Justicia, que guardaba en su poder. «Nada más presentarse, el general Sáenz de Tejada me entregó un cilindro muy bien conservado, que protegía un pergamino con el documento inaugural de 1952, así como las firmas de las autoridades que estuvieron presentes -explica Ignacio Espinosa-. Me contó que, rebuscando viejos papeles, se había topado con «esta maravilla» conservada por su padre.
Y es que José María Sáenz de Tejada era hijo del magistrado torrecillano Ignacio Sáenz de Tejada, durante muchos años presidente de la Audiencia Provincial, y, además, abuelo de Jaime de Marichalar.
«Fue una conversación muy afable, en la que me agradeció que le hubiera atendido -prosigue Espinosa- . 'Al contrario, agradecidos a usted por entregarnos el acta', le contesté. Desde entonces, una vez enmarcada, cuelga de las paredes de mi despacho e irá con todo los demás enseres a las nuevas instalaciones de Murrieta». Añade el presidente del TSJR que sintió mucho cuando se enteró del fallecimiento de Sáenz de Tejada, el pasado mes de julio, a la edad de 96 años. «Era un hombre muy educado», detalla.
Según refleja el interesante documento, y corroboran las crónicas publicadas tanto en Nueva Rioja como en diferentes diarios de tirada nacional, el solemne acto estuvo presidido por el ministro de Justicia, Antonio Iturmendi, y al que también acudieron los ministros del Aire, el riojano Eduardo González Gallarza, así como el de Obras Públicas, conde de Vallellano. Además del Palacio de Justicia, los miembros del Gobierno aprovecharon para inaugurar otras infraestructuras en la provincia. El presupuesto de las obras ascendió a 5 millones de pesetas, de los que el Ayuntamiento logroñés puso 600.000 pesetas y la Diputación Provincial, 400.000.
«No deja de ser curioso -concluye Ignacio Espinosa- que la primera autoridad vinculada directamente con la Justicia cuyo nombre sale en el acta oficial, aparece detrás de ministros y de otras autoridades políticas y religiosas, lo haga en el último párrafo».
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ACTA DE INAUGURACIÓN DEL PALACIO DE JUSTICIA
En la Ciudad de Logroño, a las 10 horas del día 10 de julio de 1952 tuvo lugar la inauguración oficial de este Palacio de Justicia
El Excmo. y Reverendísimo Sr. Obispo de la Diócesis, Dn. Fidel García Martínez, bendijo solemnemente el edificio.
Presidió el acto el Excmo. Sr. Ministro de Justicia Dn. Antonio Iturmendi Bañales, acompañado de los Excmos. Sres. Ministro del Aire Don Eduardo González Gallarza e Iragorri, del de Obras Públicas Don Fernando Suárez del Zandil Conde de Vallellano; Excmo. y Rvdmo Sr. Obispo de Jaca Dn. Ángel Hidalgo Ibáñez, Directores Generales de Justicia Excmos. Sres. Dn. Esteban Samaniego Rodríguez, de Prisiones Dn. José Mª Herreros de Tejada Azcona, y demás autoridades del territorio y de la Provincia.
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El Excmo. Sr. Ministro de Justicia declaró abierto el acto concediendo la palabra al Ilmo Sr. Presidente de esta Audiencia Dn. Ignacio María Sáenz de Tejada Gil, que explicó la significación y trascendencia de la ceremonia, contestándole el Excmo Sr. Ministro con hermosas y sentidas frases.
Firmas: Antonio Iturmendi, El Conde de Vallellano, Eduardo G. Gallarza, Esteban Samaniego, José Mª Herreros de Tejada.
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