No es que en Villamediana no se hable de otra cosa, que se habla, pero las miserias que han llevado al municipio a las páginas de información judicial al menos entretienen desde el lunes el café de media mañana y las sobremesas de quienes se ... interesan por las salsas que se cuecen en el Consistorio villametrense. Sin ánimo demoscópico alguno, ¡Dios nos libre!, un muestreo acientífico, casi pueril, sugiere cierta certidumbre de que el mandato del popular Rubén Gutiérrez descuenta ya sus días. Aunque tal convencimiento contraste enseguida con las dudas que por lo visto sugiere la identidad política del próximo primer edil del municipio.
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Son dudas, en efecto, razonadas, dudas con base en las intrincadas dificultades que PSOE, IU y Ciudadanos han encontrado para coprotagonizar cualquier acción en comandita no ya en La Rioja como tampoco hacia al sur de Piqueras o de la Pedraja hasta Finisterre. Dudas empíricas que evocan al instante Fuenmayor, donde IU propició hace apenas cinco meses y sin anestesia el desalojo del PSOE del Gobierno local a beneficio del PP. Sin ir más lejos.
Más se antojan las de ahora ruinas de mayor cuantía como para que la oposición de Villamediana se ponga estupenda, no tanto por las siglas políticas que la conforman, cuya proclividad al suicido es bien conocida, como porque el Ayuntamiento de la conurbación logroñesa difícilmente podría esperar hasta el final de la legislatura -casi tres años- con un Gobierno municipal en minoría y sin apoyos que rascar.
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