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Pablo Álvarez
Viernes, 2 de diciembre 2016, 11:10
Es, más que un insulto, una maldición. Un deseo que uno no tendría ni para con su peor enemigo. O sí: ojalá estés esclavizado por un contrato abusivo, del que no puedas desprenderte y que condicione gravemente lo que puedes hacer o no hacer. Para ... siempre, o casi. O dicho de otro modo, ¡mala hipoteca te den!
Escrita así, con una etiqueta de hashtag y entonación de maldición (#MalaHipotecaTeDen). Es la campaña que ha lanzado estos días la principal asociación de usuarios de banca y servicios financieros, Adicae. Un par de vídeos en tono humorístico (una vecina enfadada y un conductor en pleno atasco son los protagonistas) son los ganchos de una campaña que es casi un desahogo.
Y, así, cientos de internautas están usando el #malahipotecateden, dirigido sobre todo a responsables económicos, políticos y bancarios a los que se percibe como responsables (sea o no con justicia) de las apreturas financieras por las que muchos seguimos pasando.
Más allá del desahogo, lo cierto es que la relación de los consumidores con sus hipotecadores ha cambiado radicalmente en los últimos años. Principalmente, porque los tribunales han sancionado como abusivo un buen número de cláusulas que eran moneda corriente en muchos de los contratos hipotecarios. Y lo peor: esas cláusulas aún aparecen en demasiadas ocasiones.
En hipotecas firmadas
Por ejemplo, según las estadísticas del INE, en el pasado mes de julio se registró una bajada en el número de hipotecas inscritas porque los registros de la propiedad estaban paralizando el visto bueno de contratos que ya habían sido firmados. Y es que, firmados y todo, contenían cláusulas que la Justicia había prohibido. En concreto, en esa ocasión se trataba de los intereses de demora excesivos, declarados ilegales por el Supremo.
Pero no es la única; hay muchas cláusulas abusivas que su hipoteca no debería tener. Repasemos alguna:
- Suelo: la más famosa, porque ha obligado a que los clientes siguieran pagando hipotecas altas a pesar de que los tipos de interés se han desplomado a tipos negativos.
- Intereses de demora: antes era común ver en un contrato la obligación de pagar cerca del 20% en caso de retraso en una cuota. Eso sólo tenía un nombre: usura. Y ya es del todo ilegal.
- Vencimiento anticipado: antes ocurría que un banco podía declarar vencido el total del préstamo por el impago de una sola cuota. El famoso 'caso Aziz' (el cliente sólo había dejado de pagar 453 euros de un total de 138.000 cuando fue embargado) acabó con la aplicación salvaje de esta cláusula.
- Multidivisa: esa cláusula establecía en algunos contratos que el cálculo del total y de las cuotas se hacia en otra moneda, por lo que el cliente, además de a la fluctuación del Euribor, estaba sometido a la de la propia divisa. Ahora el cálculo ha de hacerse en euros desde el primer momento.
- Redondeo al alza: o cuando las matemáticas sólo funcionan en un sentido. La cláusula, ya ilegal de todo punto, establecía que cuando el interés aplicable al consumidor no era exactamente de un cuarto de punto (el x,25%, x,50% o x,75%) se redondearía automáticamente... al tramo superior.
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