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Javier Albo
Lunes, 21 de noviembre 2016, 20:07
De una antigua caja de caudales que no ha podido guardar la cuenta de sus propios años saca Fidel Rioja los planos de un remolque sin fecha pero que, a la vista está, habla de otros tiempos. Al primer vistazo, la imaginación echa a volar ... hasta posarse en aquellas caravanas circenses que llevaban la ilusión a la España rural levantando polvo por las destartaladas carreteras de mitad del siglo XX. Se trata del diseño para el vagón-vivienda de uno de aquellos circos rodantes de los años 50. Los planos se antojan como pergaminos medievales, aunque tengan poco más de medio siglo. Ese islote del pasado aparece ahora rodeado de tecnología punta, pero la esencia permanece. De las viejas caravanas a las revolucionarias 'motorhome' que encargan a esta empresa riojana las estrellas de Moto GP y Fórmula 1. Pilotos como Valentino Rossi, los hermanos Marc y Álex Márquez, Rubens Barrichello, Michael Schumacher, Nico Rosberg, Sito Pons, Carlos Checa... han llamado alguna vez a las puertas de esta firma riojana de Santo Domingo de la Calzada para que les construyan sus lujosas casas rodantes, los hogares donde viven cuando compiten... Japón, Australia, Malasia... y este fin de semana en Cheste. Las puertas de Caravanas Rioja, una empresa de 15 trabajadores que ha crecido en plena crisis en un pueblo de 6.500 habitantes, se abren a todo el que pueda pagar de 250.000 euros en adelante. Es el precio de estas llamativas caravanas con todas las comodidades que decoran estos días el 'paddock' del circuito valenciano y que también han seducido a otros clientes alejados del mundo del motor, como el actor Gerard Depardieu.
Caravanas Rioja, que es como se conoce en Santo Domingo de la Calzada, tiene su propia denominación comercial, en inglés, para ganar clientes en el extranjero Rioja Singular Vehicles. La empresa fue fundada en 1860 como fábrica de aperos de labranza de madera.
Fue a mitad del siglo pasado cuando encontró su verdadera vocación al empezar a construir caravanas para aquellos circos rodantes que alegraban las grises vidas de los españolitos rurales de los años 60. Hoy fabrican vehículos para pilotos de Moto GP y Fórmula 1, pero también caravanas con fines médicos o educativos. La media de cada unidad es de 250.000 euros. El año pasado facturaron 1,3 millones.
Al frente de la empresa está Fidel Rioja y su prima Isabel, la quinta generación de una estirpe que echó a andar con el tatarabuelo de ambos, Emilio Blas Rioja, allá por 1860, con un taller dedicado a la fabricación de aperos de labranza y remolques agrícolas, todo de madera, y que sus descendientes (Fernando, Fidel, Pablo y otro Fernando) dieron continuidad hasta situar a la empresa, hoy en día, en el podio de España del sector con la idea de ocupar el cetro europeo dentro de tres años.
En este prometedor futuro tiene mucho que ver el circo; de ahí los planos celosamente guardados en la caja fuerte, que no son sino el testimonio del punto de inflexión que un avispado antepasado marcó en el devenir de la firma.
Ocurrió en 1939 cuando a nuestro emprendedor se le ocurrió cerrar los remolques agrarios para transformarlos en vagones vivienda. Con ello enfiló la senda por la que la empresa sigue avanzando hoy. «El circo ha sido una fuente de alimento para la empresa», explica su responsable. «Los feriantes han dejado de consumir vehículos-vivienda, pero nosotros tuvimos la suerte de meternos en otros sectores como el mundo del motor y las competiciones; vehículos de publicidad, de asistencia sanitaria, de Protección Civil, aulas móviles de cine y de televisión. El tema de los feriantes, salvo encargos muy puntuales del extranjero, en España ya nada», añade.
Contratos 'top secret'
El motor supone la mayor parte de la facturación de Caravanas Rioja, que alcanzará este año 1,3 millones de euros. «Nuestro fuerte es Moto GP, porque somos proveedor oficial, y así nos tienen reconocidos dentro de lo que es el mundial de motociclismo. Eso te abre muchas puertas. También te las abre haber trabajado tres veces con Valentino Rossi para la escudería Sky», asegura Rioja. El pasado mes de mayo la empresa entregó una segunda unidad al heptacampeón de la categoría reina Moto GP. Y sin embargo no hay fotos de Rossi en su interior. En Yamaha dicen que para él, su 'motorhome' es algo sagrado y que no permite que nadie lo vea, que hasta el decano de la prensa deportiva europea, 'La Gazzeta dello Sport', que también es el periódico más vendido en Italia, lleva todo el año pidiéndole hacer fotos por dentro y no les ha dejado. También están construyendo un 'Taller Box' para su equipo SKY/VR46. Casualmente, los encargos del italiano, que ha supervisado sus pedidos acudiendo personalmente a las instalaciones de Santo Domingo de la Calzada, coinciden con la fabricación de un 'motorhome' para uno de sus contrincantes en el circuito y enemigo fuera de ellos, Marc Márquez, que a falta de la carrera de Cheste se ha vuelto a coronar campeón del mundo.
No se pueden hacer fotografías. Lo impiden los contratos de confidencialidad que firman con sus clientes. Pero el lujo está muy presente en esos habitáculos con módulos extensibles, que rondan los 80 metros cuadrados (un apartamento en toda regla metido en una caja con ruedas) e incorporan un sistema domótico para el control de temperatura e iluminación, además de televisiones, telefonía e internet, salón principal, cocina equipada, zona de comedor, hall distribuidor, habitación principal con baño completo, dormitorio de invitados con doble cama y baño... Y todo ello adaptado a las necesidades o caprichos del cliente, con materiales de la mejor calidad y en los colores elegidos.
Aquí no se escatima en gastos. Algunos llevan sauna, jacuzzi, terraza 'chill out' en su parte superior... Uno de los 'motorhome' que van a entregar en breve incorpora un mando a distancia para controlar una televisión que surge de debajo de la cama del dormitorio principal hasta colocarse frente a esta. Su propietario tiene niños pequeños y, para controlarlos visualmente, pidió que le pusieran camas en el espacio que suele ocupar el aparato de TV, pero sin que éste faltara. Tocaba pensar y al final la solución fue que saliera de debajo de la cama.
De los más lujosos solo construyen dos o tres al año. Cada encargo es un reto. «Se nos complica. Cada vez quieren más, pero tenemos que adaptarnos», explica el gerente. La empresa se atreve con todo. «Nunca hemos dicho que no a nada». Esa es su principal seña de identidad, lo que confiere a su trabajo un carácter 'artesano' porque no hay dos vehículos iguales. La fabricación en serie no existe aquí. «No sé por qué, quizá lo llevemos en la sangre, siempre hemos intentado evolucionar y fabricar acorde con las exigencias del mercado y los clientes, que cada vez más nos iban demandando innovaciones y esto es lo que nos ha hecho evolucionar, que es uno de nuestros valores: adaptarnos a lo que nos piden». «La tendencia es hacer un vehículo estándar, pero moviéndonos donde nos movemos cada cliente quiere personalizar su vehículo, lo que supone cambiar medidas, materiales, muchas cosas», indica Rioja, que también oferta viviendas rodantes en alquiler, como bien sabe Lewis Hamilton, vigente campeón del mundo de Fórmula 1. «Hay movimiento siempre», dicen desde la empresa, que también se encarga del mantenimiento de los 'motorhome'. Si, 156 años después, Emilio Blas Rioja levantara la cabeza, seguramente ni entendería nada ni daría crédito (tan abismal ha sido la evolución desde aquellos aperos de madera). «Yo creo que estaría orgulloso de la evolución de su empresa, algo que ha sido posible gracias a toda la gente que ha trabajado aquí desde siempre», afirma el gerente de una firma en la 'pole position' que fabrica sueños para el común de los mortales y resuelve las necesidades para los 'dioses' sobre ruedas.
Una empresa aferrada a una localidad
La empresa Caravanas Rioja ocupa un pabellón a la entrada de Santo Domingo de la Calzada, la localidad donde cantó la gallina después de asada; un milagro que hace de su catedral el único templo de la cristiandad que alberga animales vivos en su interior. Concretamente, un gallo y una gallina. Las instalaciones de la firma se encuentran en un pabellón a la entrada de la localidad que contrasta, por su antigüedad, con lo que en él se fabrica.
Lo reconoce su gerente, Fidel Rioja. «Tenemos unas instalaciones que se nos han quedado obsoletas y no están al nivel del producto que hacemos. Tenemos que darle un cambio», se sincera. Los representantes de esta saga familiar se aferran a su pueblo, pero necesitan suelo industrial para pensar en futuro. «No queremos irnos a ningún otro sitio. Intentaremos todo lo posible para no abandonar Santo Domingo de la Calzada, porque nos gusta, queremos dejar el dinero aquí y ser un referente para esta ciudad, pero sobre la mesa tenemos el tema de la ampliación». Eso sí, parece que las perspectivas son buenas. «Las conversaciones que tenemos nos abren las puertas para seguir aquí», asegura.
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