DAVID F. LUCAS/V. SOTO
Lunes, 7 de noviembre 2016, 16:45
Las butacas de las gradas del Palacio de los Deportes de Logroño son azules y rojas repartidas a partes iguales. En EEUU estos días si eres rojo votas a Trump. Si te decantas por el azul tu papeleta va a Hillary. Dos colores, dos opciones ... para ver el espectáculo y participar de él. Porque las elecciones norteamericanas llegan a su fin y tras meses de campaña interminable mañana toca votar y elegir color.
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opinión
Las gradas del pabellón riojano están vacías y cuatro norteamericanos, tres jugadores del Clavijo y un profesor de la Universidad y oyente de la Escuela de Idiomas que conviven en La Rioja toman asiento. ¿Azul o rojo? Seger Bonifant, jugador del Clavijo escoge pronto y sin complejos: «Yo no sé quién va a ganar, pero yo ya he votado. Lo hice pronto y por Trump. Clinton no me da confianza. El caso de los e-mails es demasiado grave para que gobierne».
A su lado, el jugador Tunde Olumuyiwa duda un poco más: «Yo no he votado, desde aquí es complicado y no tengo muy claro a quién lo haría». De igual opinión es su compañero de equipo Andre Norris. Y Marcus, que lleva siete años en España y ve por segunda vez las elecciones americanas en La Rioja, ha decidido que esta vez es mejor no votar: «No tengo planeado votar, debería hacerlo pero no puedo elegir entre los dos nombres».
Porque todos tienen claro que ninguno de los candidatos tienen cualidades para la elección. «Si hubiera otros candidatos sería más fácil para mí porque no me convencen. Tengo muchas dudas», asegura Andre Norris. En cambio, Seger insiste: «Hillary no está capacitada para gobernar».
Marcus apunta algo importante ante esta cuestión: «El 60% de los norteamericanos no está contento con ninguno de los elegidos por demócratas y republicanos. Creo que la gente hubiera preferido otros. Tener la posibilidad de que, por ejemplo, Bernie Sanders hubiese sido una opción distinta que hubiera cambiado esas encuestas».
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Pero el sistema americano sólo permite dos candidatos. Dos colores. Ser elefante o burro (símbolos de los partidos norteamericanos). Y la sobreinformación de estos días sobre las elecciones también preocupa: «La gente es España está muy interesada en la política de mi país. Me preguntan estos días a quién voto, cómo veo la situación. Todo lo que sucede en Estados Unidos parece que ocurre aquí y los riojanos lo tienen muy en cuenta. Al menos, es lo que yo percibo», comenta Andre Norris entre risas.
Y claro, en un país como España donde la política ha tenido en vilo a los ciudadanos durante casi un año, la política-espectáculo norteamericana de estos meses les hace gracia. Cuando se les pregunta por qué Trump es tan 'odiado' en este lado del Atlántico las respuestas son variopintas.
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«Trump ha dado mucho que hablar», comenta Tunde. Sus salidas de tono, sus contestaciones... Seger, como votante republicano, sentencia: «Los políticos del partido de Trump siempre han tenido problemas con la imagen. La gente tiene muchos prejuicios sobre ellos. Yo no sé por qué ese odio a Trump. A mí no me gusta Clinton tampoco y no creo que sea tan buena».
«Nada cambiará»
Y tras 'el primer martes después del primer lunes de noviembre' (tal y como reza en la norma electoral norteamericana), ¿qué pasará? Marcus asegura que «seguramente no cambie nada gane quien gane». Tanto para él como para sus compañeros la campaña ha sido un cruce de acusaciones en la que no se ha hablado de programas políticos. «La gente no va a votar ideas, sino a personas», apunta el profesor. «Las dos candidaturas están muy influidas por los grandes poderes económicos que harán valer su gran poder para que nada cambie», sentencia.
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En cambio, Seger puntualiza esta afirmación: «De todos modos, hay una cosa importante. Trump ha financiado mucho de su campaña él mismo y creo que esto le da más libertad de elección frente a estos poderes económicos que financian a los demócratas. No sé si será así, pero a mí me da confianza».
Y aunque la mayoría cree que ganará Hillary en los estados grandes, la cosa no está clara. No se 'mojan' del todo y verán los resultados por televisión. «Será tarde y lo veré al día siguiente, como el resto de los riojanos», explica Marcus. Porque la distancia no impedirá que, más tarde o más temprano, sepan quién dirigirá los designios de su pueblo.
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