Javier Albo
Viernes, 7 de octubre 2016, 22:26
La adormidera produce una droga, de la que se dice «cura, aunque mata como un sable.». La frase, atribuida a un célebre médico chino del siglo XVI, refleja la dualidad bien-mal inherente a la planta. Sus alcaloides se utilizan principalmente con fines médicos ... o terapéuticos -obtención de morfina, tebaína, codeína o papaverina, entre otros-, e, incluso, para la alimentación. Es la cara 'amable' de la planta, pero con sus cápsulas también se pueden elaborar drogas, previo proceso químico. De hecho, muchos la conocen como 'planta del opio'.
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En toda España se plantaron unas 13.000 hectáreas de adormidera en la campaña 2015/2016. La empresa Alcalíber es la única autorizada por el Ministerio de Sanidad para su cultivo, comercialización y distribución, proceso que se rodea de diversos mecanismos de control para evitar que no se produzca ninguna desviación al mercado ilícito de estupefacientes. Todo ello hace que esté envuelto de cierto secretismo. Dicen que está prohibido divulgar su localización; que los terrenos carecen de carteles indicativos. Tampoco los de guisantes o alfalfa...; que están valladas; con vigilancia policial; que un hombre murió en un campo de adormidera hace seis años...
«Todo depende del morbo que se le quiera dar. También se murió una persona cogiendo alubias o guisantes en un pueblo de aquí, pero no por eso se dice que se vaya a morir la gente por coger guisantes», indica Juan Alonso, un agricultor de Grañón y el primero que plantó adormidera en La Rioja, en el año 2011. Y sobre lo del secretismo señala, no sin cierta ironía, que «a ver cómo escondes una superficie de 20-30 hectáreas...». Más que secretismo, es que no interesa darle publicidad, sin más.
Estos temas sobrepasan su cometido, que no es otro que velar porque la producción sea buena. Con ese objetivo empezó en el año 2011, cuando optó por una alternativa diferente al cereal, guisante, alubia o la patata y «en busca de una mayor rentabilidad», decidió plantar adormidera, a la que cada año, desde entonces, dedica de 20 a 30 hectáreas.
Juan afirma que no es un cultivo complejo. «No mucho más que cualquier otro», asegura. La mayor dificultad es en el momento de la siembra, que acaece a partir de febrero, en cuanto el terreno reúna las condiciones adecuadas. «Es muy delicado a la hora de plantarlo, porque es una semilla muy pequeña que tiene que ir a una profundidad muy precisa», explica. Por lo demás, tiene la ventaja de que «no está sujeto a los altibajos de los mercados, tiene un precio fijo», explica el agricultor. La producción corre por su cuenta, de todo lo demás -trámites, asesoramiento, semillas, cosecha, transporte etc- se ocupa Alcaliber.
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Con sus 19 hectáreas, él fue pionero en La Rioja, aunque actualmente, otros campos de La Rioja Alta han cambiado cultivos tradicionales por este de las cápsulas: Casalarreina, Castañares de Rioja, Zarratón... Sobre todo en zonas que cuentan con regadío, donde «el gasto es mayor pero la producción también», dice Juan. En total, la extensión plantada en La Rioja ronda las 250 hectáreas.
Es el de la adormidera un cultivo con cierta 'mala prensa', aunque esta solo debieran tenerla quienes le dan un uso delictivo, porque son muchos los beneficios que de ella se obtienen. «Toda la plantación se destina a uso farmacéutico», insiste Juan.
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