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LA RIOJA
Martes, 13 de septiembre 2016, 11:58
Uno vive en Casalarreina, el otro en Tirgo. Los dos son hombres. Pero sobre todo tienen una peligrosa costumbre: conducir sin permiso y con un total desprecio a las normas y a quienes están a su alrededor.
Así lo afirma la Guardia Civil, que ... les sigue la pista de cerca. Y tampoco es que seguirla sea muy difícil: ambos van dejando un reguero de infracciones, delitos y accidentes que han puesto en peligro en varias ocasiones a otros conductores. No tienen carné de conducir, se lo han quitado ya hace tiempo, pero eso aparentemente les da igual.
Porque entre ambos han sido sorprendidos conduciendo sin permiso 18 veces en un año. Y no tiene pinta de ser las últimas. Esto es lo que cuenta la Guardia Civil de sus andanzas.
Tirgo: 15 en un año
El vecino de Tirgo tiene 39 años y nació en Ermua (Vizcaya). Lo suyo va para récord: ha sido "investigado y/o detenido" (según la terminología de la Guardia Civil) en 15 ocasiones en el último año por conducir sin carné, tanto por haber perdido todos sus puntos como por haber sido privado de él por una decisión judicial.
Además, en otras dos ocasiones la Guardia Civil le acusa de una conducción temeraria que provocó sendos accidentes; en ambas se dio a la fuga cuando la Guardia Civil dio el alto al Ford que suele conducir. En la primera de esas ocasiones (en septiembre de 2015) hizo que otro conductor inocente se saliera de la vía; en la segunda, en noviembre, acabó colisionando contra una gasolinera.
Pese a haber sido detenido en varias ocasiones, sigue igual: la última vez que los agentes le sorprendieron conduciendo sin carné por Tirgo fue el pasado mes de agosto.
Casalarreina: tres en un verano
El vecino de Casalarreina tiene un historial más corto, al menos por ahora. En los últimos dos meses le han sorprendido conduciendo sin carné tres veces.
Tiene 25 años y nació en Logroño. Conduce en Alfa Romeo, o al menos ese vehículo llevaba el pasado 26 de agosto, cuando de nuevo los agentes le vieron al volante por las calles del pueblo.
En esa ocasión intentó librarse de los guardias de un modo más que curioso: dejó el coche abandonado el mitad de una calle, entró en un "establecimiento público" (la Guardia Civil no aclara cuál) y convenció a una tercera persona para que se hiciese cargo del coche, "porque la Guardia Civil lo estaba buscando".
Todos estos hechos está ya en manos de la Justicia, aunque no está muy claro qué se puede hacer para evitar que los dos hombres sigan en la carretera.
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