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Pablo Álvarez
Sábado, 10 de septiembre 2016, 13:12
El conductor llega, para el motor de su coche junto al surtidor. Paga con su tarjeta, llena su depósito y se va. Nadie le ha atendido en la llegada, nadie comprueba que todo esté bien. O mal. En realidad, no hay nadie: la estación de ... servicio es una de las llamadas «fantasma», gasolineras 'low cost' en la que el combustible es más barato a cambio de que no haya personal trabajando en ellas.
Aunque no está claro cuándo se abrió la primera de estas instalaciones en España, fue a finales del 2013 y principios del 2014 cuando comenzaron a extenderse por toda España. No a La Rioja, donde por el momento no hay ninguna gasolinera que responda cien por cien a ese modelo. Sí hay alguna mixta: la logroñesa de Alcampo, por ejemplo, cuenta con personal de 6 de la mañana a 11 de la noche, pero funciona en modo 'fantasma' (sin personal) en el resto de horario, permitiendo entonces únicamente el pago con tarjeta.
La llegada de estas gasolineras puso inmediatamente en pie de guerra a la patronal de las estaciones de servicio, por motivos económicos, y a muchas administraciones, por motivos de seguridad. Así, hasta nueve comunidades autónomas legislaron contra este tipo de negocio: Andalucía, Aragón , Asturias, Baleares, Castilla-La Mancha, la Comunidad Valenciana, Madrid, Murcia y Navarra. La Rioja no, al menos hasta el momento. Básicamente, todas esas comunidades han regulado la obligatoriedad de que haya siempre al menos una persona en el establecimiento.
Mejores precios
La regulación creciente, sin embargo, ha provocado la reacción de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia, la CNMC; el órgano encargado de velar en España por las reglas del libre mercado. Pues bien, en un informe hecho público hace unos días, Competencia echaba un capote a los 'low cost'... y daba un toque de atención a los legisladores.
Competencia señala que la «mayor tensión competitiva» de estos nuevos negocios «beneficia inequívocamente a los consumidores y permite mejores precios ante una misma calidad». Y es que en un sector siempre sospechoso por su falta de competencia y por los movimientos de precios aparentemente concertados entre los distintos operadores (que ya provocaron ene pasado expedientes de la propia CNMC) estas nuevas empresas llegan como 'outsiders' incontrolables, que amenazan el margen de beneficios o incluso el modelo de negocio de las estaciones tradicionales.
Competencia carga directamente contra las normativas regionales: «En los casos más extremos, algunas normas amenazan con excluirles del mercado, perpetuando la escasa competencia tradicional en el suministro minorista de carburantes y perjudicando a los usuarios», dice en su informe.
El estudio de la CNMC recuerda que en España ha existido durante muchos años un tipo de gasolinera desatendida 'tradicional': las cooperativas agrarias. Sin haber causado problemas de seguridad. Y que en países como Dinamarca o Suecia suponen más de la mitad del total de las gasolineras.
Competencia, en fin, revisa la legislación comunitaria, y concluye que las restricciones son «innecesarias, desproporcionadas e injustificadas».
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