Un grupo de jóvenes practicando 'botellón' en una imagen de archivo. :: jonathan herreros

El Hospital San Pedro atiende de urgencia más de 400 intoxicaciones etílicas al año

Una de cada diez intervenciones, al margen de las que efectúa el SOS 112 in situ, corresponde a menores de 18 años

Teri Sáenz

Martes, 23 de agosto 2016, 20:17

Los días (y las noches) de fiesta que viven estas fechas gran parte de las localidades riojanas dejan muchas alegrías, pero también algún episodio triste vinculado al consumo excesivo de alcohol. Una ingesta incontrolada que en el peor de los casos deriva en cuadros de ... intoxicaciones etílicas y que de no abordarse adecuadamente pueden provocar graves consecuencias.

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De las 105.000 intervenciones que practicó el año pasado el servicio de Urgencias del San Pedro, 422 se catalogaron como comas etílicos, de los cuales prácticamente el 10% (41 en total) correspondieron a menores de 18 años con un adolescente de 14 como paciente más precoz. Una cifra muy pareja a la que se registra anualmente en los últimos ejercicios, aunque no son todos los que se producen en La Rioja dado que el hospital acoge sólo los casos extremos y son los efectivos del SOS 112 los encargados generalmente de atender sobre el terreno los avisos de estas características. Como especifica el coordinador del servicio de Urgencias del San Pedro, Pedro Marco, las asistencias recogidas en este apartado por su departamento incluyen no sólo las afecciones vinculadas estrictamente a una embriaguez descontrolada sino las lesiones físicas y neurológicas que acostumbran a provocarse entre los que alcanzan el coma.

Además del registro de alcohol -de 300 a 500 miligramos por decilitro de sangre-, el cuadro se identifica clínicamente por el paso de la descoordinación, visión doble o dificultades en el equilibrio en la atención por la depresión del sistema nervioso que provoca beber excesivamente a una pérdida de conciencia sin respuesta a estímulos. Como matiza el especialista, traspasar ese límite depende de un cúmulo de factores. Por un lado, el sexo. «Por razones metabólicas y de distribución del agua corporal, el hombre es más resistente y la mujer más vulnerable», indica para añadir al catálogo de condiciones el peso -a mayor número de kilos, más resistencia a la embriaguez-, el nivel de habitualidad en el consumo y las circunstancias personales, teniendo en cuenta como relata Marco que el 90% del alcohol se metaboliza por el hígado y el resto, a través de la orina, el sudor y la respiración.

El cliché tiende a identificar a los jóvenes como el perfil más proclive al coma etílico, pero como revela la estadística y confirma la experiencia, al menos Urgencias del San Pedro conforman sólo una parte de las asistencias por beber exageradamente. Los atendidos por esta razón por parte de los profesionales del hospital riojano de referencia incluyen a pacientes con problemas psiquiátricos, alcohólicos crónicos, politoxicómanos, personas con tendencias suicidas que mezclan fármacos con grandes cantidades de bebida y accidentados causales o por siniestros de tráfico directamente relacionados con una intoxicación etílica.

En todos los casos, el protocolo de la unidad es similar y arranca con una valoración inicial ante el estado de inconsciencia del paciente. «Un paso clave -apostilla Marco- porque la embriaguez suele enmascarar en estos casos lesiones más graves, desde traumatismos craneoencefálicos a fracturas o afecciones neurológicas». Tras ello se procede a la estabilización de las constantes vitales y sólo en ocasiones a un lavado gástrico para evitar el peligro de aspirar el vómito y un test de orina que verifica si además se ha consumido algún tipo de droga. A partir de ahí se hidrata al afectado, aplicando vitamina B1 si es preciso y controlando siempre el nivel de glucosa en sangre. Así permanece el paciente en observación el tiempo necesario -rara vez se precisa ingreso- hasta certificar que no hay riesgos asociados, recupera el control y es capaz de desplazarse por sí mismo.

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«No hay fármacos mágicos que contrarresten una intoxicación inmediatamente», desmitifica abundando en cómo los controles de alcoholemia y la labor de las Fuerzas de Seguridad han reducido drásticamente estas atenciones. «Hace unos años eran diarias y muy abundantes en Urgencias, con situaciones dramáticas; hoy, algo puntual».

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