Secciones
Servicios
Destacamos
Pablo García Mancha
Domingo, 14 de agosto 2016, 22:04
José Tomás lo volvió a hacer. Torear tan despacio en un juego de equilibrios casi imposible. Arrebatado pero con ese hieratismo de un ser humano que parece inconmovible. La culminación del toreo al natural llegó tras la voltereta del quinto de la tarde. Faena en ... dos tiempos. Más anodina la primera como si tratara de sujetar la embestida recitilínea: José Tomás fuera del fragor, como si en ese recibo por delantales y una colosal media hubiera agotado toda la lentitud.
Pero llegó la voltereta, cesó la música y como por ensalmo afloró el toreo mítico. Despacio, muy despacio. Cerca del toro, casi entre los pitones, el torero de Galapagar aflojó el cuerpo, soltó las muñecas y comenzó a acariciar con la muleta los belfos del toro de Domingo Hernández para tirar de él con una lentitud asombrosa. La plaza quedó atónita.
Sólo se rompía el silencio al final de cada natural; mejor dicho, de cada monumento al natural que fue fraguando con un cemento que no tiene nombre ni parangón. Era el toreo esculpido en el aire de un silencio turbador en un coso de Illumbe luminoso y abarrotado hasta el más mínimo resquicio. Media lente de la cúpula abierta y la otra casi llorando para sujetar en el espacio del ruedo el toreo más conmovedor posible.
José Tomás genuino; sin adjetivación alguna que sea capaz de calibrar esa entrega su tan absolutamente irrenunciable. Estábamos viendo la faena de la tarde, quizás la de la temporada, pero en todo caso el natural más alejado de los efectimos y la monotonía de cuantos se consuman en el toreo. Antes, José Tomás había realizado un prodigio con el capote al recibir a este buen toro de Domingo Hernández. Primero varios lances con la rodilla flexionada y después toreando por delantales deletreados uno por uno y culminados con una media verónica sencillamente brutal, con el capote enroscado en la cadera y el toro imantado con él en unos segundos de una belleza deslumbrante.
En este toro también hubo quites: gaoneras de José Tomás y respuesta apabullante de 'El Juli' por lopecinas de trazo brillantísimo. Dos toreros distintos, dos mensajes que resumen conceptos y tauromaquias que marcan ya dos décadas.
La espada le privó a José Tomás de salir por la Puerta Grande, cosa que si logró el torero de San Blas con una faena de apabullante técnica y dominio al sensacional sobrero de Garcigrande que salió como segundo bis de la corrida. 'El Juli' en su salsa, tremendo, inapelable. Faena ligada por ambos pitones, repleta de ese toreo tan largo y poderoso que sale de su indómita raza de figura. La coda fue por 'luquesinas' -tomen nota- y la estocada desprendida y contundente le pusieron las dos orejas en la mano.
Pablo Hermoso de Mendoza quedó casi inédito y pasó por el altar de la corrida como convidado de piedra. Los dos toros de Fermín Bohórquez le dieron pocas opciones y en el primero de ellos se atascó con la espada. La tarde de San Sebastián, con la plaza como un hervidero, se la llevaron los toreros de a pie: el coraje torero de El Juli y la distinción de un José Tomás que sigue instalado en la leyenda.
La ficha
Toros de Fermín Bohórquez, hondos, nobles y sin apenas chispa, y Garcigrande (el 6º y el sobrero, que fue extraordinario y que tuvo clase, recorrido y duración.) y Domingo Hernández (2º, 3º -devuelto- y 5º), de buenas hechuras y muy astifinos. El primero de José Tomás, noble y sin fondo y el segundo de El Juli, muy deslucido. El 5º, un toro noble, de preciosa y serias hechuras; bueno y que tuvo un gran pitón izquierdo. Pablo Hermoso de Mendoza: Silencio y ovación. José Tomás: Ovación y oreja. El Juli: Dos orejas y silencio.
Plaza de Toros de Illumbe (Semana Grande de San Sebastián, segunda de feria). Lleno de no hay billetes. El Rey emérito Don Juan Carlos asistió a la corrida. Domingo, 14 de agosto de 2016.
Vuelta al ruedo de Urdiales
Diego Urdiales toreó en Francia y rozó una oreja en su presentación en el coso de Bèziers (Francia) donde dio una vuelta al ruedo tras petición en el primero de su lote. Como informa para Diario LA RIOJA, Luis Domínguez, se trató de un sobrero imponente, alto y cornalón que salió al partirse un pitón el primero de lidia ordinaria de la corrida de Robert Margè. El riojano ya está pensando en la Picassiana del miércoles.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.