Hartos de no poder ver la tele

Tres años después los usuarios lamentan las deficiencias de este servicio y no entienden cómo algo que funcionaba bien se modificó por esta otra forma de recibir la señal que a muchos de los vecinos les genera problemas de todo tipo.

«Aquí lo que ha pasado es que se ha eliminado un coste de mantenimiento público y ahora somos nosotros los que cargamos con los gastos de forma individual cuando hay incidentes con las parabólicas», dice un veraneante que tiene una vivienda en Navajún.

Una jubilada cuenta que tiene el televisor en el primer piso pero como en su casa ya son mayores, para no tener que subir compraron hace un mes otro aparato para instalar en la planta baja. «Hemos llamado en varias ocasiones a los técnicos pero parece ser que están muy ocupados y todavía no han venido a instalarnos el aparato de recepción que se necesita», se queja. Además, considera que «no hay derecho a que nos cobren por ello 365 euros, mucho más de lo que hemos pagado por la televisión». «El otro receptor que tenemos funciona mal ya que durante bastante tiempo sólo recibíamos la señal de las cadenas desde las ocho de la tarde hasta las once de la mañana», denuncia.

A la entrada de Navajún, una familia llegó en julio para pasar el verano. Al encender la televisión salía en la pantalla un mensaje que indicaba la imposibilidad de actualizar su adaptador. Estuvieron sin servicio hasta este jueves cuando tuvo que ir un antenista.

En algunos casos la gente acude al pueblo de verano en verano y se encuentra con que el viento ha movido o derribado la antena, por lo que tiene que recurrir a los técnicos para redirigir la parabólica, sustituirla o repararla.

Una de las personas que reside a lo largo del año explica con resignación que sólo ve unos canales determinados y entre ellos no está ninguno de los genéricos sino que se trata de temáticos o de dibujos.

Incluso otro de los que recibe sin demasiada complicación la señal dice que se nota cuándo va a haber temporal porque antes de que llegue la tormenta desaparece la señal, y en invierno, si nieva, también porque se cubre la parabólica. En su caso está al alcance y le resulta fácil limpiarla pero la mayoría la tiene instalada en el tejado y el acceso es difícil y peligroso.

En Valdemadera, hartos de la situación (aseguran que cualquier inclemencia climatológica o movimiento de la antena afecta a la recepción), buena parte de los vecinos ha optado por reenganchar el cable a las antenas antiguas, según nos comenta el alcalde, Ildefonso Fernández. Por la ubicación del pueblo logran captar los canales pero en Navajún esto no es posible.