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María José González
Viernes, 19 de agosto 2016, 22:15
Tres factores, uno sociológico y dos económicos, han provocado que los permisos por maternidad concedidos en La Rioja hayan caído el 10,4% a lo largo de la última década: el descenso de la natalidad (mueren más personas que bebés nacen), la crisis (con el ... consiguiente aumento del desempleo) y la recuperación económica (los empleos que se generan son precarios).
Según los datos del Instituto de la Mujer y para la Igualdad de Oportunidades, el número de permisos por maternidad (la cifra global incluye los concedidos tanto a madres como a padres) ha disminuido en 220 desde que comenzó la crisis: en el 2006, último ejercicio previo al ciclo regresivo de la economía, se otorgaron 2.106 prestaciones frente a las 1.886 con las que cerró el 2015. Se trata de la cifra más baja de estos diez años y contrasta con el máximo alcanzado hace seis años con 2.366 autorizaciones. A partir del 2011, sin embargo, la estadística inició una tendencia bajista ininterrumpida hasta hoyar su suelo el año pasado.
La Rioja ha seguido la dinámica general registrada en el conjunto del país, que cerró la década con un descenso de peticiones de bajas por maternidad del 13,7%.
Con todo, la evolución no fue igual por autonomías: mientras Galicia prácticamente se mantuvo estable (computó un ligero descenso del 0,4%), Canarias anotó un desplome del 26,5%. En el escalafón nacional, La Rioja se sitúa exactamente en la mitad de la tabla y, aunque registra un mejor dato que Navarra (descenso del 12,3%), supera con holgura al anotado por el País Vasco (-6,1%).
La prestación por maternidad consiste en un subsidio equivalente al salario íntegro del trabajador durante dieciséis semanas y que ambos progenitores pueden compartir desde el 2007, ya que hasta ese año el descanso sólo beneficiaba a las madres.
Desglosado por el sexo de los destinatarios, las cifras del organismo adscrito al Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad confirman que el año pasado se concedieron 1.850 permisos a madres riojanas, lo que representa una caída acumulada del 9,7% desde el 2006.
A pesar de ello, la representación de las mujeres frente a los hombres sobre el total de permisos concedidos en la región creció el 0,8% entre el 2006 y el 2015 hasta alcanzar una ratio del 98,1%. Se trata del mayor repunte por autonomías y adquiere un valor más significativo si se tiene en cuenta que sólo otras tres regiones anotaron incrementos de los permisos otorgados a mujeres: Navarra (0,4%), Cantabria (0,2) y Madrid (0,1%).
Con todo, y a pesar del indiscutible peso de las mujeres frente a los hombres, La Rioja es junto a Aragón la séptima autonomía con una tasa más baja de permisos por maternidad concedidos a madres, un ranking que lidera Murcia (99%). La ratio más baja se registra en el País Vasco con el 94,7%.
Padres
Por otro lado, las autorizaciones por maternidad (hijos biológicos, adopciones, acogimientos familiares y tutelas) concedidas a padres en la comunidad descendieron el 36,8% entre el 2006 (57 beneficiarios, la cifra más alta de la serie) y el 2015 (36).
Una de las causas de la reducción de las prestaciones de maternidad y paternidad durante la crisis es el descenso de la natalidad en La Rioja. Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), en el 2015 nacieron 2.734 bebés en La Rioja, 100 menos que un año antes y 640 menos que en el 2010 cuando se alcanzó un pico de 3.374 nacimientos. De hecho hay que remontarse al 2001 para encontrar una tasa de natalidad tan baja como la del año pasado.
Son varios los factores sociales que retrasan la maternidad y, por ende, el número de potenciales beneficiarios de los permisos: la reducción del número de mujeres en edad fértil (la edad media de las riojanas para tener un hijo es de 32,1 años cuando hace una década era de 30,9), la menor fecundidad (optar por tener un hijo único) y el retorno a los países de origen, forzado por la crisis, de mujeres extranjeras que en los años de expansión económica contribuyeron a mantener la estadística regional de nacimientos.
Por supuesto, otra de las razones que explican la situación actual es la destrucción de empleo durante el ciclo recesivo de la economía. Entre el 2006 y el 2015 la cifra de afiliados a la Seguridad Social en La Rioja descendió el 9,8% pasando de 130.803 a 118.033 cotizantes. Esto es, 12.770 afiliados menos en términos absolutos.
Pero la recuperación económica tampoco ha contribuido todavía a darle una vuelta a la tendencia. La salida de la crisis se está cimentando en La Rioja sobre una frágil base desde el punto de vista del empleo. Hay más contrataciones que nunca, incluso batiendo las marcas anteriores a la crisis, y, sin embargo, uno de cada cuatro compromisos laborales con carácter eventual que se registran en La Rioja tiene una duración que no supera el día.
A ello hay que sumar el aumento de las contrataciones a tiempo parcial (a la vez que las registradas para trabajar a jornada completa han retrocedido el 15,5%), una modalidad de empleo que se ha duplicado en la última década aunque más de la mitad de los trabajadores riojanos que la aceptan (casi 10.200) lo hace porque no encuentra un empleo a jornada completa.
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