Tremendo bicho

Las fotos son reveladoras de la talla del pescado y del trabajo que tuvieron que emplear este trío de amigos para hacerse con el trofeo.

Caracterizados por su voracidad, los siluros suelen acabar con los peces autóctonos por lo que se les considera especies invasoras. El Ebro se ha convertido en una zona de expansión de esta especie introducida hace años sin criterio como otras. En la dieta del siluro entra todo tipo de menú y entre sus especies favoritas figura el barbo, pez con el que está a punto de acabar.

Algunas de las capturas logradas en el Ebro hablan de ejemplares de dos metros de longitud aunque se han catalogado peces de cuatro metros y más de 300 kilos de peso, lo que les convierte en piezas tan difíciles de capturar como cotizadas entre los pescadores por la dificultad que entraña batallar con estos colosos.

La desembocadura del Ebro es un paisaje donde suelen darse algunas de las capturas más notables de estos peces y su pesca deportiva, uno de los retos entre los fanáticos de este deporte.