Inés Martínez
Miércoles, 27 de julio 2016, 14:35
Frustración, desesperación, cabreo, disgusto o engaño son algunas de las sensaciones que se desprenden de las palabras y los gestos de cuatro de los opositores que este año se han visto afectados por el cambio de baremo en Educación, que ha eliminado las listas ... por bloque y establecido una única.
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Aseguran que, aunque visto desde fuera suene complicado, la explicación es muy sencilla. Con esta nueva fórmula "se valora más la experiencia, lo que hace que quienes no la tenemos, aunque hayamos aprobado, quedemos en los últimos puestos sin opción de trabajar. Es decir, sin opción de adquirir experiencia y tener puntos por permanencia en listas. Es la pescadilla que se muerde la cola", explican M.J., M.L, D.A. y A.M., cuatro jóvenes que hace semanas se presentaron al examen con toda la esperanza y que ahora ven como su esfuerzo "no ha servido para nada".
Básicamente lo que ha ocurrido es que antes había dos clasificaciones. En la lista A, formada por todo aquel que estaba en la lista antes del 2006 y los que habían aprobado en 2009 y 2013. En la lista B estaba todo aquel que nunca había llegado a aprobar, aunque tuviera experiencia. De esta forma se permitía a los nuevos optar a puestos (fueran los que fueran y fuera donde fuera) para poder coger experiencia.
Ahora hay una lista única y se valoran las diferentes partes para todos igual (30% examen, 36% experiencia, 10% formación, 4% otros méritos y 20% permanencia en listas), de forma que quien se presenta por primera vez, como mucho, sacará ese 30%. Eso se traduce, según explican, en que lo único que pueden hacer es esperar a que salga gente.
Por eso han creado una plataforma de afectados en la que, aseguran, no están todos. La queja no llega a ser multitudinaria ya que hay muchos opositores que salen beneficiados de este nuevo sistema, "aunque saben que es injusto. El que lleva trabajando 20 años como interino está encantado, no le podemos adelantar nuca", comentan. "Lo que más fastidia es que te digan que lo más jóvenes se tienen que esperar, porque de eso somos conscientes. Sabemos que tenemos que esperar y comer mierda trabajando, pero queremos por lo menos poder comer mierda currando, no verla desde el otro lado del escaparate", asegura M.L. muy tajante
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"Va a ser imposible trabajar"
En la práctica el ejemplo más llamativo es el de M.J. Estas eran sus segundas oposiciones pero lo cosa ha cambiado mucho para ella. "Con aprobado y notas similares a las que saqué en 2013, me han pasado por delante 387 personas, algunas de ellas con un 2,5. Durante este curso he podido trabajar, ahora va a ser imposible", explica. A lo que añade M.L. que hay personas en el puesto 300 de la lista con notas de 0,0003: "Y esa es la mejor nota de las tres últimas pruebas".
Por casos como este defienden que es evidente que la experiencia tiene que contar, pero también tiene que contar el esfuerzo: "El nuestro y el de quienes llevan muchos años. Si nunca te has molestado en estudiar... yo sería muy tajante con eso", comenta D.A., también aprobada y relegada al puesto 800 y pico.
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"Para nada esperamos lo que algunos dicen: llegar y besar el santo. Pero no se puede premiar que haya gente que solo va a firmar y no se ha formado nunca, ni en inglés, y trabaje y que otros habiendo aprobado, con dos carreras, inglés y mucha formación no vayamos a pisar un aula", establece M.J.
El drama de estar en los últimos puestos no significa solo que el esfuerzo "no ha servido para nada", sino que les "condena". Para ganar puntos por permanencia en listas es obligatorio no renunciar nunca a una sustitución, aunque sea de una hora diaria durante tres meses. "Eso significa que no te puedes poner a trabajar en otra cosa", asegura M.L.J., que añade, "¿y de qué vives? La permanencia no es permanencia, es realmente disponibilidad al 100%".
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El sistema que había hasta ahora no era ideal, seguramente para nadie, pero "dentro de la subjetividad y de lo injusta que es una oposición, era lo menos injusta, ya que por lo menos te dejaba trabajar", comenta A.M. que explica que con este sistema se crea "una especie de muralla de gente con mucha experiencia (algunos de ellos con notas bajísimas) que yo nunca voy a poder superar aunque tenga buenas calificaciones".
El momento de darse cuenta de lo mucho que la nueva baremación les había afectado fue realmente duro: "Yo empecé a buscarme en la lista y no me encontraba. No me lo podía creer. No me imaginaba que íbamos a salir tan perjudicados", explica M.J.
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Al problema, añaden, es que no ven futuro: "Si dentro de dos años vuelve a haber oposiciones estamos en las mismas. Como no he cogido experiencia, por mucho que estudie no va a servir para nada".
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