El último verano de pago

En los tiempos pre-Internet y pre-móvil, el asunto no era un gran problema. Uno llamaba a casa desde el hotel cada par de días (y rapidito, que la llamada corría) y ya. Pero en estos días en los que la conexión a Internet en cualquier lugar es ya parte de nuestro día a día, renunciar a ella se hace duro. Y más porque, en muchas ocasiones, una oportuna consulta a Internet (a un mapa., a un comparador de restaurantes, a una dirección) es más que útil.

El gran problema del 'roaming' (o itinerancia, en castellano viejo) es que es, dicho llanamente, un servicio sin justificación alguna. Al menos, en los precios en los que se ha movido tradicionalmente. En estos tiempos de interconexión e Internet global, no hay ningún coste de las telefónicas que justifique los precios del 'roaming'.

Sin duda por eso, la Unión Europea ha decidido prohibirlo en su territorio. Un aviso (otro) para euroescépticos: este tipo de regulaciones son imposibles en un país solitario, y casi impensables fuera del marco europeo. Ha tardado (la decisión se tomó en el 2013), pero al final las cosas llegan: desde el 15 de junio del 2017 llamar o navegar por Internet en otro país de la UE te costará lo mismo que en casa.

¿Y mientras? Pues mientras, los europeos nos enfrentamos al último verano con itinerancia. Así que conviene no confiarse y mantener las precauciones para evitarse un susto en la factura que nos espera en casa. Ahí van algunos consejos:

- Vodafone, ya: los chicos de la compañía roja han decidido este año utilizar el asunto como argumento publicitario. Anticipándose un año a la obligación, han eliminado ya el 'roaming' para Europa y Estados Unidos, incluyéndolo como un servicio en sus tarifas.

- Mira la web: aunque las webs de las compañías telefónicas nunca se han caracterizado por su transparencia y obligan en muchas ocasiones a rebuscar, es buena idea hacerlo. Antes de viajar, es buena idea que sepas exactamente cuáles son las condiciones de tu contrato por el uso en el extranjero. Aunque ahí va un resumen de lo esperable: en la UE, caro. Fuera de la UE, prohibitivo.

- Bonos: Las compañías ofrecen bonos para viaje, un precio único que te permite navegar hasta un determinado número de megas. Suele ser muy caro, sobre todo teniendo en cuenta que es un servicio que en menos de un año será gratuito, pero sin duda es mejor que el coste 'a pelo'. Otros, como Movistar, ofrecen un servicio algo distinto: se pueden contratar bonos, pero de no hacerlo, el gasto máximo mensual se limita a 60,5 euros. En todo caso, como siempre, llamar y preguntar es siempre mejor opción que jugar a la 'ruleta telefónica'.

- O desactiva: tu teléfono tiene una opción para activar la itinerancia de datos, distinta en cada sistema operativo. Por defecto suele venir desactivada, pero si no quieres usar este servicio, será buena idea que le eches un vistazo.

- Ojito con las fronteras: no debería haber mayor problema con la tecnología actual, pero puede darse que, en un lugar fronterizo, te quedes sin cobertura de tu operador y caigas en otro del país vecino. Tu factura lo notará.

- SIMS extranjeras: una posibilidad para un viaje de unos días es comprar una SIM de prepago del país en el que veranee. Ahí no hay truco: compras la tarjeta, y tienes los datos en ese país, al precio local, por un precio fijo porque ya lo has pagado. Eso sí, hace falta que tu teléfono sea libre, porque si está restringido a la red de un operador, no te servirá.