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Carmen Nevot
Miércoles, 20 de julio 2016, 20:55
Tendinitis, esguinces, ampollas, golpes de calor... estas son, en grandes trazos, las principales patologías por las que los ciudadanos europeos requirieron asistencia médica durante su visita a La Rioja el año pasado. Una atención que genera una serie de gastos que el Gobierno ... de España, a través del Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS), se encarga de facturar a los países de origen de cada uno de los turistas, siempre que pertenezcan al espacio económico europeo o Suiza.
El mecanismo es el mismo, tanto para los europeos portadores de la Tarjeta Sanitaria Europea (TSE) haciendo turismo en nuestra región, como para los riojanos también poseedores de la mencionada acreditación que disfruten de una estancia temporal en cualquier de los 28 estados miembros de la UE, -por el momento se incluye Reino Unido- además de Islandia, Liechtenstein, Noruega y Suiza.
Los pacientes procedentes de nuestra comunidad tendrán asistencia sanitaria en las mismas condiciones y al mismo coste que las personas aseguradas en ese país. En Francia, por ejemplo, al existir un copago, el riojano deberá hacer frente a la factura de esa aportación al sistema sanitario del país vecino.
Casi por dos
En los dos últimos años la factura que España gira por la asistencia médica de ciudadanos europeos en La Rioja prácticamente se ha duplicado. En el 2013 el coste de esa atención superó los 326.000 euros y dos años más tarde, con datos de cierre del 2015 facilitados por el Ejecutivo regional, el gasto alcanzó los 610.317,34 euros.
No todos requirieron el mismo nivel asistencial. De las 1.192 facturas generadas, 667 fueron por la asistencia en Atención Primaria y 525 por la especializada, es decir, por la que se dispensa en el Hospital San Pedro de Logroño.
Del conjunto de todas prestaciones, la mayor parte de la factura tuvo su origen en la atención especializada, donde se ofrecieron cuidados médicos por un importe de 570.086,86 euros, lo que representa el 93% del recibo. El resto, es decir, 40.230,48 euros, se facturó desde atención primaria, la que se ofrece en los centros de salud y consultorios médicos de toda la comunidad.
Hace dos años, las cuentas que se hacían desde La Rioja no eran tan abultadas. Entonces el gasto total fue de 326.637 euros, el 82% del importe se originó en atención especializada y 57.406 euros se cobraron desde la primaria.
La clave, la Ruta Jacobea
La explicación de este aumento, teniendo en cuenta que el grueso de los europeos que enferman en esta comunidad son peregrinos, la ofrece, en parte, José Tomás Gómez, coordinador del centro de Salud de Nájera, al que, de acuerdo con sus datos, llaman a diario entre cuatro y cinco caminantes. Un flujo similar al que tienen en los centros de salud de Navarrete, Santo Domingo de la Calzada y en el consultorio de Grañón, el último antes de abandonar el tramo riojano de la Ruta Jacobea, donde hay una «sobrecarga de trabajo importante», apunta.
Precisamente, el incremento de la factura obedece a un cambio del perfil del caminante. El peregrino mayoritario que emprende la ruta «ya no es ese chaval jovencito que hacía el camino por turismo, por convicciones religiosas o por lo que fuera», son las personas mayores las que han tomado la iniciativa. «Hay mucha gente de entre 60 y 70 años», en ocasiones con enfermedades crónicas y, por tanto, las patologías que se ven son distintas. Siguen imperando las tendinitis, ampollas y esguinces, pero conviven con otras nuevas que están más relacionadas con la edad de la nueva oleada de peregrinos.
Como anécdota, José Tomás Gómez recuerda que hace no mucho atendió en su consulta a un peregrino americano de 92 años. Un caso que, asegura, es extraordinario por la edad, aunque ya no es tan extraordinario ver a caminantes de 70 años. «Son gente mayor y algunos se meten unas palizas tremendas; andan todos los días 30 kilómetros».
Recientemente también tuvo que atender a una peregrina alemana que estaba sufriendo un infarto y en estos casos el procedimiento es igual que el protocolo previsto para un ciudadano de esta comunidad.
Al hecho de que cada vez el peregrino tenga más edad, se suma, según su experiencia a pie de consulta, «que cada año viene más gente», además empiezan antes y terminan más tarde.
¿Cómo se gira la factura por estas atenciones? El médico introduce la atención prestada en un programa informático de facturación del INSS que reclama el coste a los países de origen. En el caso de los franceses, acostumbrados a pagar parte de su atención sanitaria, piden un justificante y factura por los cuidados recibidos.
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