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Teri Sáenz
Lunes, 11 de julio 2016, 11:53
No ha sido un ejercicio plácido para José Ignacio Ceniceros (Villoslada, 1956). A la falta de la histórica mayoría absoluta del PP, el Gobierno que conformó hace ahora un año tras los liderados por Sanz gracias al pacto con C's se ha enfrentado a ... multitud de avatares externos e internos. Desde el súbito anuncio de cierre de Altadis a la tibieza del apoyo que él mismo reconoce que ha recibido en su partido. Ceniceros hace valer los avances cosechados a pesar de todo ello en un contexto plural que obliga al acuerdo. «Las cosas han cambiado y el que no lo entienda, que lo vaya entendiendo», afirma.
¿Qué nota se pone a este primer año como presidente de La Rioja?
Más que con una nota concreta, cuantificaría el balance en función de los logros conseguidos en una situación política excepcional a nivel nacional. Desde ese prisma, estoy moderadamente satisfecho. Se han concretado muchos avances y estamos en el afán de afrontar todos los objetivos que quedan pendientes.
¿Ha podido seguir la hoja de ruta que se marcó en aquella comida de junio del 2015, cuando su nombre surgió como sucesor de Sanz y un mes después desgranó en el debate de investidura?
Sí. Empecé a cumplir esa hoja de ruta con el nombramiento de los consejeros. Un equipo de Gobierno muy medido y pensado para el trabajo que había que desarrollar en la actual coyuntura y gracias al cual vamos alcanzando los compromisos adquiridos con el diálogo como principio activo en todas las políticas. Desde el refuerzo de los mecanismos de colaboración parlamentaria, hasta la Ley de Diálogo Social, pasando por ejemplo por cada una de las medidas adoptadas para la recuperación de derechos.
¿Ha encontrado más resistencias fuera o dentro del Palacete?
Las dificultades han venido por todos lados en unas circunstancias políticas que, como le comento, son complejas. Mi labor como responsable político es tratar de vencer esas trabas que pueden provenir de cualquier parte de la sociedad y, en ese sentido, estoy sumamente contento con el aliento y la ayuda que he notado por una buena parte del tejido social de la región y de todos los consejeros, gracias a los cuales se ha visto reforzada la acción del Ejecutivo en beneficio de los riojanos.
¿Ha notado ese mismo aliento por parte de su propio partido?
En un Comité Ejecutivo ya dije que consideraba que el Gobierno precisaba más apoyo desde el partido y creo que ahora lo estamos recibiendo. ¿A lo mejor no ha podido ser todo el que debería haber sido? Bueno, las circunstancias son las que son. Lo que sí puedo decirle es que en muchos sectores del partido yo sí que he notado ese apoyo y aliento.
¿A qué achaca que ese respaldo no haya sido tan contundente como reclamaba? ¿Quizá por la influencia que Pedro Sanz sigue manteniendo como presidente del PP?
No soy la persona que lo tenga que decir. Pero creo que todo esto, poco a poco, se tiene que ir corrigiendo. La situación actual es totalmente distinta a la que vivíamos anteriormente, cuando el presidente del partido era siempre el presidente del Gobierno. Yo es lo que propongo, y creo que hay motivos más que suficientes. En la comida previa a mi nominación a la que usted aludía noté ese apoyo. Más de diez personas me arroparon para que asumiera la Presidencia del Gobierno. Sigo teniendo todo el ánimo necesario para continuar trabajando por La Rioja, pero muchas veces el ánimo no es suficiente y necesitas también motivos. Voy a seguir luchando para que se cumpla una norma histórica no escrita: que el presidente del partido coincida con el presidente del Gobierno. Así se reforzará más la coordinación que hay ahora. Y se lo dice una persona que lleva más de 30 años en el PP. Todo el que me conoce lo puede decir: siempre he dado muestras de estar al servicio de la formación con el objetivo de servir a todos los riojanos. Noto que ahora tengo respaldos para seguir ese camino en el partido como los hubo en su día para que yo asumiese la Presidencia del Gobierno.
¿Está diciendo que se postulará como presidente del PP en el próximo congreso regional?
Todavía se debe conformar gobierno, convocar primero el congreso nacional, luego los regionales... No es el momento. Cuando llegue, ahí estaré porque, como le digo, lo veo más que justificado. No me gusta hablar de bicefalias, pero es cierto que resulta conveniente una unificación y el presidente de La Rioja lo debería ser también del PP; eso es bueno para el partido y es bueno para los riojanos. Siempre ha sucedido así y, por otro lado, se da también en el resto de las comunidades.
¿Compartirá Sanz ese propósito? Su intención es seguir como líder del PP «durante mucho tiempo»...
No recuerdo haberle escuchado esas palabras...
Las pronunció el 16 de junio del año pasado en la sede de Duquesa de la Victoria, cuando anunció su renuncia a seguir en el Palacete.
Conozco a Pedro desde hace muchísimos años y puedo decirle que siempre ha compartido esa misma idea. Así me lo manifestó cuando yo asumí la Presidencia del Gobierno y más de una vez me ha indicado: 'Cuando llegue el momento, debes dar el paso de ser presidente del partido'. Así que, cuando llegue el momento, la intención es postularme.
¿Habrá algún otro candidato o candidata?
Es muy pronto, como le digo, para hablar de ello. En cualquier caso, si al convocarse el congreso se presentan dos, tres o cuatro aspirantes será bueno para el partido. Los liderazgos democráticos no se imponen sino que se votan, y serán los propios militantes quienes lo decidan.
Pero habrá sólo uno que sea presidente de La Rioja.
Se trata de la norma no escrita que siempre ha imperado en el PP en aras de una mejor sintonía y coordinación, aunque en un congreso de un partido tremendamente democrático como es el nuestro puede suceder cualquier cosa.
Gestos como la ausencia de Pedro Sanz en San Millán en el primer Día de La Rioja con usted de presidente regional no parecieron trasmitir esa sintonía.
Me llamó un día o dos antes para decirme que no iba a estar porque iba a dedicar ese fin de semana a su familia. Tampoco tenía en ese momento la responsabilidad que había ocupado los últimos 20 años. Yo lo vi dentro de la normalidad, aunque es cierto que luego parece que no cayó muy bien en ciertos círculos.
¿A usted le pareció bien?
No me pareció ni bien ni mal. Él me lo explicó, yo lo entendí y no le di mayor importancia.
Pero simbólicamente y con esa mejorable coordinación a la que usted se refería entre el partido y el Gobierno...
Es cierto que me hubiera gustado que estuviese allí, pero también hay que respetar a cada uno. Entiendo su situación: el primer año que deja el Gobierno después de dos décadas, a lo mejor no le apetecía y quería dedicar esos días a su familia.
¿Ha cambiado la relación entre ambos? Hace ahora un año usted explicaba que a pesar de que sus caracteres son diferentes siempre se habían llevado muy bien.
Es verdad que tenemos formas de ser distintas y eso no quita para que tengamos buena relación. Seguimos manteniéndola, aunque a lo mejor no es tan fluida como podía ser antes porque Pedro está ahora más fuera de La Rioja.
¿Le ha costado remover las estructuras del Gobierno que él lideró durante 20 años? ¿Han podido ser los cambios que usted ha promovido motivo para las diferencias internas?
No sé si eso habrá sido motivo de algo. Lo único cierto es que no tuve injerencia a la hora de formar mi propio equipo. Nombré a las personas adecuadas para el momento actual que vivimos en la comunidad autónoma y cada día estoy más contento de esas designaciones.
¿Lo entendieron todos así?
Puede ser que algún miembro del anterior Gobierno que tuvo que salir no le gustó porque tenía pensado que iba a continuar. Sin embargo, las circunstancias habían cambiado y la responsabilidad de formar un Ejecutivo me correspondía a mí.
¿Se refiere por ejemplo a Emilio del Río?
No me estoy refiriendo a nadie en concreto.
Se lo comentaba al hilo de la comisión de investigación que ha promovido el Parlamento para analizar la gestión desde el 2003 del que fue consejero de Presidencia.
Esa comisión no la ha pedido ni el Gobierno ni el Grupo Parlamentario Popular.
Pero tampoco se acogieron a la opción de oponerse a ella.
Porque sabíamos de antemano que la comisión iba a salir adelante. Desde el Gobierno vamos a colaborar con esa comisión como no podía ser de otra forma. La mayoría de los grupos que forman la oposición la ha solicitado y van a tener las puertas abiertas para investigar, ver y contrastar lo que quieran.
Otra de las cuestiones que no se ha entendido en un sector del partido es precisamente los acercamientos a PSOE y Podemos y, sobre todo, el pacto por la Sanidad que usted ha abanderado.
Las circunstancias en La Rioja no son hoy las mismas que hace 4, 8 ó 12 años. Y quien no lo entienda, tendrá que hacer un esfuerzo por entenderlo. Desde el Gobierno lo asumimos a la primera, porque ese fue el mandato de los riojanos en las últimas elecciones autonómicas y municipales. Tenemos que hablar con todas las fuerzas y seguiremos haciéndolo en el marco del pacto por la Sanidad, que está teniendo una extraordinaria acogida, el de la Educación o cualquier otra iniciativa de consenso en favor de La Rioja.
Aún hay a quien le chirría ver cómo los populares estrechan la mano en el Parlamento a quienes durante dos décadas se la negaron.
Pues no le tiene que chirriar a nadie. Lo que no es normal es no dar la mano a un miembro de otro grupo político. Estoy muy contento con las relaciones que hay en el Parlamento. El clima ha cambiado, ya no es noticia por las broncas. Aunque también le digo que nunca vinieron motivadas por mi partido, sino por otros. No es que nosotros hayamos cambiado; es que en el hemiciclo han cambiado muchos. Los riojanos han pedido que nos dejemos de tanto guirigay, que nos sentemos, que pactemos. Y el que no lo entienda, que se lo tome con calma y lo vaya entendiendo, porque debe ser así.
Esa misma disposición al diálogo de la que usted hace gala ha podido interpretarse como ausencia de liderazgo. Se achaca a su Gobierno falta de vigor y a usted, muy poca presencia pública en los medios.
Cada uno tenemos una forma de ser. Quizás a mí no me gusta tanta exposición mediática como había antes y prefiero delegar, pero lo que no comparto es la falta de impulso. Esas críticas pueden provenir desde determinados medios de comunicación, pero la realidad está en el trabajo de este Gobierno y unos consejeros volcados en el cumplimiento de los objetivos marcados desde el principio. Y eso no es fruto de la casualidad. Lo más importante es que hay una nueva forma de ser, estar y dirigir. Hay que asumirlo, y el que no quiera, allá él. ¿Que esa forma es distinta a la de antes? Puede ser. Sin embargo, ahí están los hechos, reconocidos además por los agentes económicos y sociales, los funcionarios, los empresarios, los trabajadores, la Prensa... Una labor de todos. La pregunta que me hago es si estamos mejor o peor. Y la respuesta es que La Rioja está bastante mejor que hace un año. La prueba está en que en el principal desafío que tenemos en mente como es la lucha contra el paro, hoy hay 3.000 riojanos más que están trabajando.
¿Cree que satisface esa afirmación a las plantillas de empresas como Altadis o Unipapel?
Desafortunadamente, siempre en todos los gobiernos se han dado situaciones de este tipo. El cierre de Altadis fue un golpe muy duro, pero más por las formas que luego la propia empresa corrigió, y el hecho de que se trata de una empresa histórica y con un peso muy importante en la comunidad. A lo mejor nos ha faltado esa exposición mediática a la que usted aludía, pero le garantizo que el Gobierno ha estado encima de la cuestión en continuas reuniones con el comité de empresa y la dirección hasta el acuerdo alcanzado por ambas partes. Respecto al ERTE de Unipapel, la consejera del ramo también viene mediando desde septiembre, así que en modo alguno se nos puede acusar de dejación de funciones.
Insiste en alabar la labor de sus consejeros. ¿Prevé alguna otra crisis de Gobierno tras el cambio de Antonino Burgos por Carlos Cuevas sólo nueve meses después de su toma de posición?
Como ya comenté en su momento, el caso de Antonino estaba acordado con él desde el principio por razones de salud y personales. No hubo ningún problema y nuestra relación es extraordinaria. Sé que revolotea por ahí algún rumor de cambio, pero en estos momentos no hay ninguna crisis de Gobierno.
¿Y a lo largo de la legislatura?
Si hay cambios, daremos cuenta de ello puntualmente, pero yo no tengo previsto ninguno.
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