M.M.
Lunes, 30 de mayo 2016, 21:24
El problema del sistema es que la base de cotizantes no consigue sostener una pirámide de población envejecida en aumento. Es la explicación directa del mal que aqueja a las pensiones aunque, como indica Fernando Antoñanzas, catedrático de Economía Aplicada de la UR, «el ... problema aún no es ni sombra de lo que puede llegar a ser». Y es que estamos en un sistema de caja única, solidario, en el que quien cotiza hoy paga las pensiones del momento a la espera de que lo mismo ocurra en el futuro con él y en el que los jubilados tienen garantizada en el futuro la cantidad reconocida como derecho de prestación establecida en el momento en que pasan a cobrar su primera pensión con una pequeña variación de las actualizaciones.
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Esto quiere decir que hay que buscar dinero y, tal y como señala el catedrático, sólo hay tres vías: echar mano de la hucha de las pensiones y confiar en un crecimiento económico que permita aumentar las bases de cotización de la población ocupada con más productividad y mayores salarios («Ahora no se está produciendo porque hay mucho trabajo a tiempo parcial y de baja remuneración que cotiza poco», comenta Antoñanzas). Y la tercera opción es generar ingresos adicionales por otras figuras impositivas (diferentes de las cotizaciones sociales para no gravar más el 'factor trabajo'), como pueden ser recargos en impuestos ya existentes o de nueva creación, pero con potencia recaudatoria y aceptación ciudadana.
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